sábado, 29 de abril de 2017

Fútbol para Todos…los que paguen


Por Juan Palmieri.

El 14 de marzo la Asociación del Fútbol Argentino eligió a la sociedad Turner-Fox para que se haga cargo de los derechos audiovisuales del fútbol argentino por los próximos cinco años. Esta sociedad estadounidense se impuso en la licitación a otras dos empresas: ESPN y Mediapro.

Esto significa que a partir de agosto cambiará la manera en que se verán los partidos de fútbol del torneo de Primera División, que actualmente se emiten por televisión abierta.

¿Cómo será la televisación de la futura “Súper Liga”? Imposible tener certezas cuando se habla de la AFA, pero lo que se sabe hasta el momento es que para ver los partidos de fútbol se deberá pagar un abono extra al servicio de cable o de televisión satelital, lo que habilitaría a ver todos los partidos a través de los canales de Fox. La empresa anunció la creación de Fox Sports Premium, un nuevo canal que aglutinará la transmisión en vivo y en HD de la mayor parte de los partidos, y cuando haya superposición de horarios se transmitirán también a través de los 3 canales que ya tiene Fox.

También se espera hacia fin de año, o a comienzos del año que viene, poder disfrutar de todos los partidos a través de internet, con una multiplataforma digital similar a Netflix que permitiría ver los partidos desde cualquier dispositivo y en cualquier momento, orientado a los nuevos consumidores audiovisuales. Se especula que el precio de este servicio duplicaría al del abono a la TV paga, para evitar una migración masiva de los suscriptos hacia la web. ¿Cuál sería el beneficio? Que el espectador podría elegir cuánto quiere pagar según lo que quiera ver: se podría comprar un paquete por los 14 partidos, o seguir únicamente los partidos de un solo equipo, o abonar por un partido en particular.

Fútbol para Todos se creó en el año 2009 y transmitió en vivo todos los partidos de la primera división a través de los canales de televisión abierta, financiado por el Estado Nacional. Lo que se buscó con la rescisión del contrato fue reducir el gasto público y pasar a un sistema de Pay Per View en el que solamente pagarán un abono adicional aquellos espectadores que realmente les interese consumir fútbol.

Habrá que esperar hasta agosto para poder ver finalmente el nuevo sistema de transmisión de los partidos, conocer cuánta gente pagará el abono y descubrir a los nuevos relatores. Lo único seguro es que la “polémica en el fútbol” seguirá tan vigente como siempre…


Las telenovelas pelean por la tarde


Por Milagros Prado.

“Divina, está en tu corazón” es la nueva apuesta de Pol-Ka para la tarde de Canal 13,  y cuenta una clásica historia para el público de los más chicos. El proyecto trae nuevamente a la pantalla chica a la ex-protagonista de “Patito Feo”, Laura Esquivel. Esta vez, deja de lado a las populares para liderar la trama desde el lado adulto.

La telenovela debuta al aire dando a la audiencia una nueva forma de visionado: todos sus capítulos ya están disponibles para ver ondemand en la plataforma de Cablevisión Flow. Es el primer programa en la Argentina en presentarse bajo esta modalidad de consumo, y combina tanto su emisión en la TV abierta con el servicio de streaming.

Con “Divina, está en tu corazón”, Pol-Ka busca darle un voto de confianza al género juvenil en la televisión, que hace tiempo se encuentra relegado. Sin embargo, su trama se adhiere a las convenciones del género, sin innovar mucho en su guión: joven lidera a un grupo de niños huérfanos, siendo todos rescatados por una multimillonaria. A saber, la abuela de Divina encubierta.

Por otra parte, en la pelea por ganarse el lugar predominante de la tarde, está “El Regreso de Lucas”, una coproducción entre el canal América TV de Perú y Telefe Argentina. Este melodrama con tono de culebrón, gira en torno a una familia que pierde a su hijo Lucas. A 20 años de su desaparición, un joven se presenta en la casa de la familia diciendo ser el niño perdido revolucionando las vidas de todos.

La novela protagonizada por Ana María Orozco, conocida por su papel en “Betty la Fea” y Pablo Martínez, el ex “Casi Ángeles”, se emite por Telefe todas las tardes. Orientada a un público adulto, también condensa la clásica fórmula de las telenovelas latinoamericanas, agregando suspenso.


Así, dos propuestas de ficción del mismo formato, pero orientadas a distintas edades, entretejen la grilla de la tarde en la televisión abierta de la Argentina.

El fenómeno de las novelas turcas – Medcezir supera, por ahora, a casi todas...


Por Gabriela Fabbro.

"Las mil y una noches" fue la punta de lanza. La industria televisiva turca probó el mercado latinoamericano de ficción con esta producción en las pantallas de la TV abierta y fue la telenovela que conquistó al público argentino desde su inicio. 

En 2004, las ventas al exterior de telenovelas turcas sumaron US$ 10.000.-, prácticamente lo que hoy sale un capítulo barato de una producción de ficción. El primer millón de dólares ya llegó en 2007. Y en 2014 los productores estiman que lograron exportaciones por US$ 200 millones y conquistaron más de 75 países del mundo. El más reciente éxito global es "Un siglo magnífico" (estrenado aquí en abril como "El sultán", por Telefe) que atrae a casi doscientos millones de telespectadores en el mundo árabe, los Balcanes, Europa oriental, Rusia y Asia central y ahora, Latinoamérica.

El gran público para estas telenovelas es el mundo árabe. Las historias llegan inclusive, a seducir a las sociedades más conservadoras. Sin embargo son también criticadas como esta última por “exponer incorrectamente la privacidad de un personaje histórico” según lo demuestran las 70.000 quejas presentadas en Turquía ante el Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTUK).  

"El sultán" es la telenovela más ambiciosa. Transmitida en 45 países, está basada en la vida del sultán Süleyman el magnífico, que rigió el Imperio Otomano de 1520 a 1566. Con un costo de U$S 500.000.- dólares por episodio, se trata del programa de televisión más caro en la historia de la televisión turca. Para grabarlo se recrearon quince habitaciones del Palacio de Topkpapi en Estambul. Tan sólo su pre-producción tuvo un presupuesto de 4,7 millones de dólares, de los cuales 2,2 millones se destinaron a escenografía y vestuarios. Su actor principal es el mismo que el de Las mil y una noches, por cierto, gran parte de su atracción. Así su fama se debe a lo espectacular de su producción, y a su vez, a las críticas por parte de los que sintieron violar la intimidad de un personaje histórico tan importante. Hasta los herederos del sultán amenazan con filmar una miniserie para contar “la verdad”.

A las telenovelas turcas se las cataloga de lentas e ingenuas.Tienen razón. Alberto Gesswein, director del área de ficción de Canal 13 dijo oportunamente: "Son claramente un melodrama clásico, romántico, casi ochentero. Está súper cuidado, de muy buen nivel". Y ese es gran parte de su atractivo: hay más romance idealizado y sano que escenas jugadas o violentas (tópicos a los que las telenovelas actuales argentinas pueden apelar cada noche). "¿Qué culpa tienen Fatmagul?", "Sila", "Esposa joven", "Ezel", "El precio del amor", "Karadayi", "El secreto de Feriha" y "Mi último deseo" ya fueron estrenadas en Argentina, por los diversos canales de aire. Todas en general con muy buen recibimiento por parte de la audiencia. 

Una de las últimas ha sido "Medcezir" (en español: Marea) en el aire de El Trece. Es una adaptación libre de la serie americana The O.C.  Está protagonizada por Çağatay Ulusoy y Serenay Sarıkaya. De toda la oferta, claramente esta telenovela aporta renovaciones al género. Mucho más ágil que el resto, ambientada en una Turquía europea, con pocos rasgos orientales, en un barrio cerrado lujoso y en un barrio humilde como contraposición, "Medcezir" ofrece una fresca historia, plena de valores positivos. 

El joven humilde que con esfuerzo y honestidad conquista a la chica de familia rica, parece ser una fórmula más del modelo tradicional. Sin embargo, el buen gusto, la naturalidad de los personajes, y los sanos sentimientos pueblan su argumento. La familia como principal valor, la amistad entre los jóvenes, chicos que estudian y trabajan, un matrimonio sostén del relato basado en el amor incondicional, alegre y pícaro a la vez, donde se preservan los lazos, hacen de esta propuesta un aire nuevo en la ficción turca que llega a nuestro país. 

Los conflictos parciales tienen rápida resolución, hay pistas falsas que se cierran inmediatamente, el ritmo es veloz y sin dilataciones, especialmente en las historias secundarias, como sí suele suceder en casi todas las telenovelas. Acá el eje son los protagonistas y sus familias nucleares, secundados muy bien por el resto del elenco. Es un relato para conocer una Turquía moderna, al último grito de la moda, con shoppings y edificios dignos de las principales ciudades de vanguardia, con casas espectaculares, hoteles y restaurantes de lujo, una banda sonora impecable, excelente realización audiovisual y donde las mujeres tienen un rol activo, son empresarias y toman decisiones. 

La tecnología está presente a lo largo de cada capítulo. Los sentimientos de cada personaje permiten que cada uno de nosotros se identifique con alguno de ellos. Valerio Fuenzalida, teórico chileno, sugiere que cada espectador toma de la televisión aquello que puede incorporar a su vida cotidiana, es el llamado proceso de apropiación educativa. Esta telenovela colabora enormemente con que dicho proceso se cumpla de la mejor manera. Las agencias de turismo argentinas evidenciaron un crecimiento importante en la compra de viajes desde Buenos Aires a Estambul luego del estreno de "Las mil y una noches". "Medcezir" renueva sin lugar a dudas, las ganas de conocer ese mundo actual tan interesante.


A fines de 2015, The Hollywood Reporter definió la televisión turca como la nueva gran atracción del planeta en materia de programas originales y ciclos exportables, desplazando a Israel, todo un modelo y un ejemplo a seguir en la materia. Hoy es el segundo exportador de formatos de ficción luego de EE. UU. Algo está haciendo bien y "Medcezir" es un claro ejemplo.

“SuperMax”, vuelve la ficción a la TV Pública


Por Estefanía Brid.

En abril, la TV Pública estrenó “SuperMax” una serie escrita por Mario Segade y dirigida nada menos que por Daniel Burman, responsable de varios y excelentes productos del cine nacional.

Coproducida con O Globo, la cadena brasileña, y también con el apoyo de Mediaset (España), TV Azteca (México) y Teledoce (Uruguay), “SuperMax” coloca a la TV Pública jugando en las ligas mayores de la televisión de habla hispana y también regional.

Si bien se constituye en un formato de serie, la novedad de este producto es justamente porque juega con otro de los fenómenos del momento: el reality show. Incluso, mostrando desde la ficción lo que muchos de los realities shows hacen: romper todo tipo de reglas.

“SuperMax” establece su argumento inicial en la participación de 8 personas en un reality show que se desarrollará en una cárcel de máxima seguridad donde deberán sobrevivir para lograr el premio final de un millón de dólares. Sin embargo, la ficción se ancla básicamente como un thriller de índole psicológico, donde realmente lo que importa es el desarrollo de las personalidades y cómo van conectándose con los hechos actuales y con el pasado, ya que la trama va desenvolviéndose y anunciando que tanto la locación como los personajes principales están interconectados (se destaca el uso de flashbacks como recurso para volver a épocas anteriores).

 La escenografía denota que es un producto televisivo de calidad con gran inversión en producción. Y el elenco compuesto por actores de gran prestigio y tan versátiles como Antonio Birabent, Cecilia Roth, Guillermo Pfening, Laura Novoa, Juan Pablo Geretto, entre otros, lo confirman. Además de la participación argentina, son parte del proyecto los brasileños Laura Neiva y Felipe Hintze, el uruguayo César Troncoso, el español Santiago Segura y el cubano Rubén Cortada.


“SuperMax” es sin dudas una apuesta fuerte de la TV Pública para volver a instalar la ficción que en ella tanto se extrañaba en los últimos meses. Y lo hace desde una muy buena calidad técnica y mostrando desde lo actoral lo más profundo de las miserias humanas.

Hay una nueva jefa en la pantalla chica


Por Milagros Prado.

La consigna detrás de “Girlboss”, la nueva serie del gigante del streaming Netflix, y seguro el nuevo binge de más de un fanático, es mostrar a la mujer al frente de un negocio exitoso. En 13 capítulos de 25 minutos se apostó por un formato de comedia clásico estadounidense.

La historia es una adaptación bastante libre del libro del mismo nombre sobre Sophia Amoruso. La joven de 23 años, oriunda de San Francisco y con pocas ganas de trabajar crea Nasty Gal, un sitio de venta de ropa vieja de diseño aprovechando el crecimiento de EBay.

Atrevida y hasta por momentos mal hablada, “Girlboss” no es una serie color de rosa. Su objetivo es dar una muestra de poder femenino y un ejemplo de emprendedurismo. “Subestimame que me gusta”, le grita al vendedor de una tienda de ropa usada  Sophia Marlowe cuando le dice que ella nunca va a poder dirigir un negocio.

Sin embargo, más allá de sus buenas intenciones de posicionar a la mujer en un lugar de poder, la protagonista es egocéntrica y busca ganar dinero fácil. Evita el esfuerzo y la dedicación. Por ejemplo, cuando decide comenzar su emprendimiento, acababa de ser despedida de su último trabajo por desatender a los clientes durante el horario laboral.

Lo entretenido de la serie radica en su humor ácido, formado por el uso habitual del sarcasmo y la ironía. La protagonista no es una chica buena, muestra su carácter y lucha por sus principios y convicciones (sean correctos o no). A veces, esto suele generar saturación y cansancio, por lo que pierde su intención cómica.


“Girlboss” deja una mezcla contradictoria de sensaciones: por un lado cuenta la forma en la que una joven del siglo XXI descubre quién es y cómo armar su negocio multimillonario. Por el otro, la serie se vuelve reiterativa mostrando el carácter rebelde e independiente de su protagonista. Los momentos mejor logrados se vuelven aquellos en los que se puede ver detrás de toda la dureza, una Shopia emocional y vulnerable.  

Un honor volver a ver a los cinco


Por Alfredo Solari.

El panorama de las series televisivas nunca deja de sorprendernos. Ni los más fieles detractores del género ni de la televisión en general han podido resistirse a alguna de ellas. Y no es para menos. Las producciones cada vez son más importantes y cuidadas.  Las historias reúnen los equilibrados términos de lo clásico y lo original, condiciones fundamentales para el triunfo televisivo.

Sí, prejuiciosamente, la televisión era sinónimo de velocidad y el cine de calidad y dedicación; esa falsa dicotomía empezó a cerrarse. El cine es cada vez más televisivo y la tele más cinematográfica. Es una ecuación en la cual ganamos todos.

Pero hay una muestra explícita de todo esto: “FIVE CAME BACK”. Esta nueva serie original de Netflix es la suma perfecta del cine y la televisión, no sólo en las formas sino también en su contenido. Una serie televisiva de calidad cinematográfica que habla del cine. El cine en su versión televisiva más perfecta.
Es en esta serie de TV donde se nos introduce en la esencia del cine, específicamente en el de Hollywood. Nada más ni nada menos que en el período en donde se relacionan esa industria y la segunda guerra mundial. Este ciclo profundiza en la relación del cine y la propaganda, idea que no es original si pensamos en el cine nazi, pero sí, si lo hacemos en función del americano y la propaganda explícita diseminada por la pantalla grande.

La serie documental está dirigida por Laurent Bouzereau y narrada por la voz de Merryl Streep. Nos plantea como escenario principal el año 1941 junto con los venideros cuarentas y la segunda guerra mundial
Durante este período los ya consagrados directores de Hollywood John Ford, William Wyler, John Huston, Frank Capra y George Stevens, fueron invitados y reclutados por el gobierno de los Estados Unidos a la peligrosa zona de combate, para filmar cinco documentales y así dar a conocer los horrores de la guerra y convencer a los jóvenes americanos a que lucharan en ella. Es así que mostraron y contaron todo a través de imágenes poderosas, conmovedoras y violentas. Algo que no era muy común en esa época ya que la guerra se conocía solo por  los noticieros o por la edulcorada visión del cine de ficción.

En la serie, con la participación de importantes directores del cine contemporáneo como narradores, Netflix permite introducirnos en esa guerra teniendo como principal material de archivo las imágenes originales capturadas por ese quinteto de directores.

Steven Spielberg, Guillermo del Toro y Francis Ford Coppola, hablan sobre los cineastas que inmortalizaron esas batallas llenas de realismo y verdad. Ellos le dan sentido a la estructura narrativa de este nuevo documental, en el cual se rescatan más de 100 horas de material de archivo y 40 películas de los cinco directores que fueron al frente de combate.

Con el correr de los tres capítulos que componen “FIVE CAME BACK” se conoce en profundidad esta historia del cine casi desconocida para muchos pero que despertará la admiración por la lucha democrática.

Nuevamente el cine y la televisión se unen para dejar una gran huella. La huella de una historia de historias. De imágenes que conmueven mostrando el pasado para cimentar el futuro.  Una historia a donde el pragmatismo y el arte son una misma cosa.

domingo, 2 de abril de 2017

La vuelta de Verónica Lozano a la TV


Por Camila Mejía.

Llega nuevamente a la pantalla chica con un programa de actualidad llamado “Cortá por Lozano”.
Luego de más de un año de ausencia en la televisión tras la despedida de su magazine matutino “AM, antes del mediodía”, Verónica Lozano regresa a la pantalla chica. “AM” finalizó en diciembre de 2015, después de 10 temporadas ininterrumpidas de emisión, convirtiendo a Lozano en una de las cotizadas estrellas de la televisión local. Y el éxito supo canalizarse también en “Cortá por Lozano”, un programa de actualidad, espectáculos y algo más que se transformó en el favorito de la tarde.
Verónica conduce junto a un grupo de panelistas conformado por Connie Ansaldi, Mauro Szeta, Liliana López Foresi, Agustina Kämpfer, el doctor Diego Martínez y la periodista Paola Juárez. La diversidad de opiniones hace al desparpajo del programa.
La mirada sobre los temas actuales es fresca y original. En una de sus secciones, “tu consulta no molesta”, invitan a los televidentes a enviar preguntas sobre distintos problemas que ellos tratan de resolver al aire. Tanto este segmento como el del “famoso” diván, en donde invitan a distintos famosos a someterse a análisis, hacen del programa un verdadero consultorio, aludiendo, claro está,  a que Verónica Lozano es antes que conductora, una psicóloga. Es interesante cómo la producción del programa ha tomado esta idea y la ha canalizado favorablemente.  
El rating de las tardes se divide entre “Cortá por Lozano”, de Telefé, que hasta el momento lleva la  delantera casi a diario, seguido por “Infama “de América y “Confrontados” de Canal 9.

La frescura, buen humor y solidez de Verónica hacen de esta propuesta un nuevo aire en las tardes de la pantalla televisiva argentina.





Un reality show donde la salud no es una cuestión de mucho peso


Por Alfredo Solari.

Dentro del circo mediático 2017, reaparece uno de sus más importantes maestros de ceremonias. “Cuestión de peso” estrenó su nueva temporada con algunos cambios reales y mucho gatopardismo.

Este programa está producido por Endemol y transmitido por canal 13 ya desde el año 2006, cuando hizo sus primeras apariciones.  En el rubro de la conducción, primero estuvo Andrea Politti, luego Claribel Medina y llegamos al 2017, con un nuevo cambio de timón, ahora el conductor es Fabián Doman.

El argumento no es nuevo. Un grupo de participantes compite en una suerte de clínica televisiva para poder bajar de peso y dejar atrás uno de los más graves problemas de salud de la actualidad como lo es la obesidad.

Nadie puede poner en tela de juicio las buenas intenciones de un ciclo como este que trabaja y difunde esta enfermedad y la necesidad de ayudar a quienes la padecen (el ciclo fue el principal impulsor de la ya sancionada “ley de obesidad”). Pero, como suele ocurrir, el formato de reality show le juega muy malas pasadas (espectacularización  y banalización de situaciones graves y complejas desde lo médico, ridiculización de los participantes, entre otros) casi hasta transformarlo en algo contraproducente.

Es indivisible el concepto de escándalo con el de reality, y “Cuestión de Peso” ha hecho honor a esta premisa. Ya no es secreto para nadie la enemistad que supo haber entre la primera conductora del ciclo, Andrea Politti, y el alma mater del programa, el Dr. Cormillot. Su mala relación se hizo pública luego de la finalización de la temporada del 2008 donde hubo hasta denuncias de malos tratos por parte de la actriz y conductora.

Hoy, con la temporada 2017 recién estrenada, los escándalos no se hicieron esperar. El Dr. Alberto Cormillot, a pocos días del estreno, amenazó con renunciar al programa ya que denuncia que el formato de reality  no deja lugar a la reflexión y al trabajo en pos de la salud,  primer objetivo que el prestigioso médico tuvo al comenzar su participación en la emisión. 

Las peleas, escándalos, situaciones bizarras y demás herramientas genéricas coparon las horas de transmisión y dejaron atrás las intenciones que “Cuestión de peso” tiene de colaborar con el bienestar de sus participantes y la sociedad. Claro está que este conflicto entre los miembros de la producción también se desarrolla en esa misma cancha. Cruces entre el nuevo conductor y el médico en cámara, idas y vueltas, y demás discusiones mediáticas que no hacen más que profundizar la misma situación denunciada.

En fin, todo alimenta más al show. Y es no precisamente una alimentación saludable.

El diseño como forma de vida


Por Milagros Prado.


“Abstract: The Art of Design” es una serie documental original de Netflix que explora en diferentes expresiones del arte como la ilustración, el diseño gráfico y la fotografía, la esencia de sus creadores.

Esta antología está formada por 8 capítulos. En cada uno de ellos se desarrolla una disciplina y un artista de un área del diseño en particular. La entrevista a cada personaje es un recorrido por sus motivaciones íntimas: ¿qué es para ellos el diseño? ¿Cómo transformó éste sus vidas? ¿Qué los inspira a crear?

Cada historia se presenta desde un punto de vista natural que permite empatizar con las historias y vivencias narradas. Podemos ver los estudios, casas y los espacios que cada artista ha intervenido con su arte.

Acompañando el tema de la creación y originalidad, siempre presentes en el diseño, los capítulos tienen una estética particular. Se utilizan diferentes e innovadores recursos técnicos para narrar las historias de los artistas, lo que transforma el documental en una pieza de diseño en sí mismo.

Los personajes entrevistados son referentes en el área a la que se dedican. Por ejemplo, el episodio 6 tiene como protagonista a Paula Scher, una de las diseñadoras gráficas más reconocidas del mundo y socia del estudio Pentagram. La distinguida artista es la responsable de tipografías como la de WindowsCitibank Tiffany’s.

Cada historia refleja la vida dedicada y transformada por el diseño, junto con valiosas enseñanzas. Esto convierte a la serie en una fuente de inspiración para quienes quieran dedicarse al desafío de diseñar para que la experiencia humana sea más rica cada día.


La infidelidad es la invitada de cada noche


Por Gabriela Fabbro.



“Amar después de amar” (Telefé) y “Quiero vivir a tu lado” (El Trece) son las dos ficciones que, desde el verano de este año, se exhiben en horario central en los dos canales de mayor rating de la TV local.

Estrenadas el mismo día, las dos nuevas historias parecen tener ejes narrativos y de producción comunes. Dos hechos dramáticos como inicio del relato (un accidente y una mala noticia sobre la salud), dan pie a dos modos muy parecidos para narrar hechos sobre el amor y el desamor. Parejas de amigos que se engañan entre sí articulan las principales escenas cada noche. 

Dos elencos interesantes que llevan adelante de modo desparejo sus roles. En “ADDA”, Isabel Macedo cae en el estereotipo de la mujer de clase media vacía, previsible, con todos los tics que le conocimos en ficciones anteriores; Federico Amador, sólido en su papel, no logra despuntar de ciertos vicios que ya habíamos conocido en “Niní”; Mariano Martínez intenta pero no puede, y Eleonora Wexler se destaca del resto, gran actriz, jugada en su papel, es la que vibra en cada escena.

Por el lado de El Trece, los personajes de las parejas vecinas están encarnadas por Florencia Peña, quien da los toques de comedia que la ficción parece querer lograr; Mike Amigorena, a quien añoramos como en “Los exitosos Pells” y se queda a mitad de camino; Alberto Akaja, a quien lo actuado en el pasado lo marca a fuego; y Paola Krum, que con su naturalidad y capacidad histriónica, logra construir un papel creíble y fuerte. Los actores secundarios se destacan más que en “ADDA”. Una gran actuación de Gabriela Toscano, solidez en Muriel Santana, Darío Barassi aporta alegría y profesionalismo a Jorge Redondo, y Mauricio Dayub demuestra en cada episodio el porqué es uno de los grandes actores de la escena argentina.

Uno más volcado al tono dramático y otro hacia la comedia, las dos ficciones intentan competir con una homogeneidad de contenidos: infidelidad al podio, embarazos no deseados y aceptados, adicciones, entornos laborales fuertes y, lamentablemente, con la sexualidad vivida desde el deseo y no siempre desde el amor. “ADDA” parece querer erigirse en la ficción caliente de cada noche, y “Quiero vivir a tu lado” desarrolla la temática en cada personaje, muchas veces con un grado de vulgaridad que desluce a los actores que encarnan dichas escenas. Da pena ver a la gran actriz Betiana Blum hablando de los gustos sexuales de su marido ya fallecido.

Ambas se quedan a mitad de camino. Los dos canales de aire principales de la pantalla local compiten desde las mismas apuestas, “ADDA” menos amigable y más oscura, “Quiero vivir a tu lado” intentando seducir desde el humor y los personajes interpelando a cámara, pero ninguna convence del todo.
Las dos obtienen alrededor de un promedio de 12 puntos de rating, y ofrecen, como desde hace varios años en nuestra TV, una excelente calidad técnica. Más cerca del formato crossmedia, “ADDA” brinda continuidad a través de una serie web y un blog. “Quiero vivir a tu lado” pretende ofrecer la típica comedia dramática de las noches de El Trece.

Lamentablemente, los dos canales de mayor llegada a la audiencia optan por una competencia similar, con contenidos en espejo que atentan contra la variedad que una televisión de calidad aspira. Ojalá que los excelentes guionistas de nuestra televisión se jueguen más por la creatividad y la innovación, y no por la fórmula de aparente éxito garantizado.



Un reality con nada de amor


Por Estefanía Brid.

El domingo 22 de enero fue el día en el que “Despedida de Solteros” dio el puntapié inicial por Telefe. Este nuevo reality show, conducido por Marley y Carina Zampini, tiene varias similitudes con el tan conocido “Gran Hermano” con la diferencia de que los participantes ahora son pareja y tienen un objetivo en común: CASARSE.

Doce parejas, previamente seleccionadas por un minucioso casting, son separadas en dos ambientes: el loft o el cielo y el PH o la tierra. El programa no termina de clarificar el por qué de la cuestión geográfica más allá de que uno esté en planta baja y otro en planta alta, y por qué unos van al cielo y otros a la tierra. Además de estos dos espacios, está la llamada “Casita del Árbol”, lugar que puede solicitar cada pareja una vez en el programa para encontrarse íntimamente o plantear estrategias.

La idea del intercambio de parejas es justamente esa cuestión morbo y vouyerista de ver qué es lo que hace el otro en ausencia del ser “supuestamente” amado, y si efectivamente “soporta” el período de cuatro meses de aislamiento rodeado de tentaciones provocadas. De esta manera el programa genera todo tipo de estímulos: juegos, fiestas temáticas, alcohol, que intentan forjar determinados comportamientos cuestionables en los participantes, quienes por su parte no ofrecen nada de resistencia. Todo al servicio del rating.

Este reality show tiene como fin el casamiento. La pareja ganadora obtendrá de premio la tan ansiada fiesta, la luna de miel y también una vivienda.  Y si se habla de casamiento automáticamente también se habla de amor pero “Despedida de Solteros” tiene peleas, sexo, insultos, discusiones y nada de amor.  Las parejas que participan se tratan pésimo unas con otras y también entre sí, e incluso maltratan a los conductores. El común denominador son los insultos, el engaño disfrazado y  las situaciones límite entre integrantes de distintas parejas. Y lo que simula ser “amor” son demostraciones exageradas de palabrerío.

Respecto a los conductores del programa, Marley está en un papel mucho más serio al que se lo acostumbra a ver y Carina Zampini no logra tener la contención que tenía en “Morfi” por lo que se la nota un poco acartonada. En las ediciones diarias, por la noche, se conforma una mesa de “especialistas” compuesta por Bernardo Stamateas, Fabián Medina Flores, Ivana Nadal, Connie Ansaldi, Miki Lusardi, y Gabriel Cartañá.  Más que especialistas deberían considerarse panelistas, ya que a excepción de Bernardo Stamateas, quien tiene trayectoria en el estudio de las relaciones humanas, y Cartañá, Licenciado en Psicología, ninguno de los demás tiene especialidad en la temática.

Pero a pesar de que “Despedida de Solteros” parecía prometer algo distinto se terminó convirtiendo en más de lo mismo: un reality show juvenil repleto de competencia desleal.