domingo, 2 de abril de 2017

La infidelidad es la invitada de cada noche


Por Gabriela Fabbro.



“Amar después de amar” (Telefé) y “Quiero vivir a tu lado” (El Trece) son las dos ficciones que, desde el verano de este año, se exhiben en horario central en los dos canales de mayor rating de la TV local.

Estrenadas el mismo día, las dos nuevas historias parecen tener ejes narrativos y de producción comunes. Dos hechos dramáticos como inicio del relato (un accidente y una mala noticia sobre la salud), dan pie a dos modos muy parecidos para narrar hechos sobre el amor y el desamor. Parejas de amigos que se engañan entre sí articulan las principales escenas cada noche. 

Dos elencos interesantes que llevan adelante de modo desparejo sus roles. En “ADDA”, Isabel Macedo cae en el estereotipo de la mujer de clase media vacía, previsible, con todos los tics que le conocimos en ficciones anteriores; Federico Amador, sólido en su papel, no logra despuntar de ciertos vicios que ya habíamos conocido en “Niní”; Mariano Martínez intenta pero no puede, y Eleonora Wexler se destaca del resto, gran actriz, jugada en su papel, es la que vibra en cada escena.

Por el lado de El Trece, los personajes de las parejas vecinas están encarnadas por Florencia Peña, quien da los toques de comedia que la ficción parece querer lograr; Mike Amigorena, a quien añoramos como en “Los exitosos Pells” y se queda a mitad de camino; Alberto Akaja, a quien lo actuado en el pasado lo marca a fuego; y Paola Krum, que con su naturalidad y capacidad histriónica, logra construir un papel creíble y fuerte. Los actores secundarios se destacan más que en “ADDA”. Una gran actuación de Gabriela Toscano, solidez en Muriel Santana, Darío Barassi aporta alegría y profesionalismo a Jorge Redondo, y Mauricio Dayub demuestra en cada episodio el porqué es uno de los grandes actores de la escena argentina.

Uno más volcado al tono dramático y otro hacia la comedia, las dos ficciones intentan competir con una homogeneidad de contenidos: infidelidad al podio, embarazos no deseados y aceptados, adicciones, entornos laborales fuertes y, lamentablemente, con la sexualidad vivida desde el deseo y no siempre desde el amor. “ADDA” parece querer erigirse en la ficción caliente de cada noche, y “Quiero vivir a tu lado” desarrolla la temática en cada personaje, muchas veces con un grado de vulgaridad que desluce a los actores que encarnan dichas escenas. Da pena ver a la gran actriz Betiana Blum hablando de los gustos sexuales de su marido ya fallecido.

Ambas se quedan a mitad de camino. Los dos canales de aire principales de la pantalla local compiten desde las mismas apuestas, “ADDA” menos amigable y más oscura, “Quiero vivir a tu lado” intentando seducir desde el humor y los personajes interpelando a cámara, pero ninguna convence del todo.
Las dos obtienen alrededor de un promedio de 12 puntos de rating, y ofrecen, como desde hace varios años en nuestra TV, una excelente calidad técnica. Más cerca del formato crossmedia, “ADDA” brinda continuidad a través de una serie web y un blog. “Quiero vivir a tu lado” pretende ofrecer la típica comedia dramática de las noches de El Trece.

Lamentablemente, los dos canales de mayor llegada a la audiencia optan por una competencia similar, con contenidos en espejo que atentan contra la variedad que una televisión de calidad aspira. Ojalá que los excelentes guionistas de nuestra televisión se jueguen más por la creatividad y la innovación, y no por la fórmula de aparente éxito garantizado.



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