Por Gabriela Fabbro.
"Las mil y una noches" fue la punta de lanza. La industria
televisiva turca probó el mercado latinoamericano de ficción con esta
producción en las pantallas de la TV abierta y fue la telenovela que conquistó
al público argentino desde su inicio.
En 2004,
las ventas al exterior de telenovelas turcas sumaron US$ 10.000.-,
prácticamente lo que hoy sale un capítulo barato de una producción de ficción.
El primer millón de dólares ya llegó en 2007. Y en 2014 los productores estiman
que lograron exportaciones por US$ 200 millones y conquistaron más de 75 países
del mundo. El más reciente éxito global es "Un
siglo magnífico" (estrenado aquí en abril como "El sultán", por Telefe) que atrae a casi doscientos millones de
telespectadores en el mundo árabe, los Balcanes, Europa oriental, Rusia y Asia
central y ahora, Latinoamérica.
El
gran público para estas telenovelas es el mundo árabe. Las historias llegan
inclusive, a seducir a las sociedades más conservadoras. Sin embargo son
también criticadas como esta última por “exponer incorrectamente la privacidad de un
personaje histórico” según lo demuestran las 70.000 quejas presentadas en Turquía ante el
Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTUK).
"El
sultán" es la telenovela
más ambiciosa.
Transmitida en 45 países, está basada en la vida del sultán Süleyman el
magnífico, que rigió el Imperio Otomano de 1520 a 1566. Con un costo de
U$S 500.000.- dólares por episodio, se trata del programa
de televisión más caro en la historia de la televisión turca. Para grabarlo se
recrearon quince habitaciones del Palacio de Topkpapi en Estambul. Tan
sólo su pre-producción tuvo un presupuesto de 4,7 millones de dólares, de los
cuales 2,2 millones se destinaron a escenografía y vestuarios. Su actor
principal es el mismo que el de Las mil
y una noches, por cierto, gran parte de su atracción. Así
su fama se debe a lo
espectacular de su producción, y a su vez, a las críticas por parte
de los que sintieron violar la intimidad de un personaje histórico tan
importante. Hasta los herederos del sultán amenazan con filmar una miniserie
para contar “la verdad”.
A
las telenovelas turcas se las cataloga de lentas e ingenuas.Tienen razón. Alberto
Gesswein, director del área de ficción de Canal 13 dijo oportunamente: "Son claramente un melodrama clásico, romántico, casi
ochentero. Está súper cuidado, de muy buen nivel". Y ese
es gran parte de su atractivo: hay más romance idealizado y sano que escenas
jugadas o violentas (tópicos a los que las telenovelas actuales argentinas
pueden apelar cada noche). "¿Qué culpa
tienen Fatmagul?", "Sila", "Esposa joven", "Ezel", "El
precio del amor", "Karadayi", "El secreto de Feriha" y "Mi
último deseo" ya fueron estrenadas en Argentina, por los diversos canales de
aire. Todas en general con muy buen recibimiento por parte de la audiencia.
Una
de las últimas ha sido "Medcezir" (en español: Marea) en el aire de El Trece.
Es una adaptación libre de la serie americana The O.C. Está protagonizada por Çağatay Ulusoy y Serenay Sarıkaya. De toda la oferta, claramente esta telenovela aporta
renovaciones al género. Mucho más ágil que el resto, ambientada en una Turquía
europea, con pocos rasgos orientales, en un barrio cerrado lujoso y en un
barrio humilde como contraposición, "Medcezir"
ofrece una fresca historia, plena de valores positivos.
El joven humilde que
con esfuerzo y honestidad conquista a la chica de familia rica, parece ser una
fórmula más del modelo tradicional. Sin embargo, el buen gusto, la naturalidad
de los personajes, y los sanos sentimientos pueblan su argumento. La familia
como principal valor, la amistad entre los jóvenes, chicos que estudian y
trabajan, un matrimonio sostén del relato basado en el amor incondicional,
alegre y pícaro a la vez, donde se preservan los lazos, hacen de esta propuesta
un aire nuevo en la ficción turca que llega a nuestro país.
Los conflictos
parciales tienen rápida resolución, hay pistas falsas que se cierran
inmediatamente, el ritmo es veloz y sin dilataciones, especialmente en las
historias secundarias, como sí suele suceder en casi todas las telenovelas. Acá
el eje son los protagonistas y sus familias nucleares, secundados muy bien por
el resto del elenco. Es un relato para conocer una Turquía moderna, al último
grito de la moda, con shoppings y
edificios dignos de las principales ciudades de vanguardia, con casas
espectaculares, hoteles y restaurantes de lujo, una banda sonora impecable,
excelente realización audiovisual y donde las mujeres tienen un rol activo, son
empresarias y toman decisiones.
La tecnología está presente a lo largo de cada
capítulo. Los sentimientos de cada personaje permiten que cada uno de nosotros
se identifique con alguno de ellos. Valerio Fuenzalida, teórico chileno,
sugiere que cada espectador toma de la televisión aquello que puede incorporar
a su vida cotidiana, es el llamado proceso de apropiación educativa. Esta
telenovela colabora enormemente con que dicho proceso se cumpla de la mejor
manera. Las agencias de turismo argentinas evidenciaron un crecimiento
importante en la compra de viajes desde Buenos Aires a Estambul luego del
estreno de "Las mil y una noches". "Medcezir" renueva sin lugar a dudas, las
ganas de conocer ese mundo actual tan interesante.
A
fines de 2015, The Hollywood Reporter definió la televisión turca como la nueva
gran atracción del planeta en materia de programas originales y ciclos
exportables, desplazando a Israel, todo un modelo y un ejemplo a seguir en la
materia. Hoy es el segundo exportador de formatos de ficción luego de EE. UU.
Algo está haciendo bien y "Medcezir"
es un claro ejemplo.
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