martes, 31 de marzo de 2015

Se fue uno de los últimos...


Por Gabriela Fabbro.

Hace algunos días falleció Gerardo Sofovich, un gran creador y alma mater de la televisión abierta argentina. Adorado y odiado, cuestionado y reconocido, Sofovich fue un pilar fundamental en la creación de programas y, especialmente, dentro del género comedia, construyó clásicos de la pantalla local.

Pablo Sirvén, el mismo día de su muerte publicó esta nota que recomendamos: http://www.lanacion.com.ar/1774453-gerardo-sofovich-un-cabron-inolvidable

Programas como Operación Ja jaPolémica en el barLa peluquería de Don MateoLa noche del domingo, son clásicos que integran la historia de la televisión argentina. Conocedor del gusto popular, gran productor, entendedor de la lógica del medio como pocos, Gerardo Sofovich supo mantenerse vigente a lo largo de casi 50 años adaptándose a los cambios de la TV y creando nuevas propuestas.Productor, guionista, director, conductor, actor, empresario, funcionario, todas esta facetas conformaron su personalidad.

A partir de una infancia dura, pero muy acompañada por su padre (un periodista que lo sumergió en el mundo de la literatura) forjó una gran cultura, estudió arquitectura y periodismo. Del género puro (la comedia), pasando por el híbrido (jurado del programa de Tinelli) al formato (concurso de preguntas sobre cultura general), transitó todas las etapas de la historia de la TV. Desde la paleotelevisión, aquella de los 60 a los 80, construida sobre la base de los géneros puros, con sus primeras producciones (Operación ja ja, Polémica en el bar), pasando por la neotelevisión (la de los 80´al 2000) basada en la hibridez de los géneros (La noche del domingo, Bailando por un sueño), hasta llegar a la postv, la que hoy tenemos en el aire, aquella en la que reina el formato (Los 8 escalones), en cada una, supo captar lo que el público pedía, y lo plasmaba en sus producciones o participaciones. Lo interesante es que lo lograba a partir de una intuición personal, de una afinidad con la audiencia que pocos tuvieron, y sobre la base de las grandes lecturas que lo acompañaron siempre.

Sus programas, de claro anclaje en lo cotidiano, basado en la esencia popular argentina, fueron éxitos rotundos de rating en el momento de su emisión, de sus repeticiones y de sus remakes.Y qué mejor vigencia para un autor que sus creaciones vuelvan a ponerse en el aire, ya sea a manera de homenaje, de nueva versión o de parodia…. La manera de ratificar la perdurabilidad de un producto es su permanencia en la pantalla.

El humor en un café de Buenos Aires, la bohemia del tango, el fútbol y la política como eje de las conversaciones, los enriedos y malentendidos, la mujer situada por lo general en un lugar cuestionado, la cargada típicamente argentina y lo popular fueron el contenido de sus productos: “Desde que comencé me propuse ser popular pero no populachero. Hasta los programas humorísticos eran de alguna manera programas periodísticos con humor. Además, ¿qué es la cultura, quién define qué es la cultura? Vamos a la demostración más sencilla: comer con cuchillo y tenedor es cultural“, sostenía en una reciente y última entrevista.

No podemos dejar de recordar también sus programas de tono más intimista, basados en entrevistas profundas, amenas, ricas en historias, en las que sabía cómo generar un clima y acompañar el discurrir de la memoria y recuerdo de sus entrevistados (aún recuerdo una con China Zorrilla, en la que la actriz contó cómo se enamoró de un profesor de literatura en un curso de una universidad norteamericana…).

También fue importante su producción en el mundo del cine, especialmente en la década del 70, cuyas películas, desde la picaresca y la “ingenuidad”, fueron canales muy interesantes de expresión sobre la época que vivía nuestro país…. Fue actor de cine en muy interesantes policiales. Pero este enfoque merecería otra nota en otro ámbito….

Gerardo Sofovich era una “animal de televisión”, que se va a extrañar, son las citas obligadas que empiezan a no estar presentes en la pantalla local.

Como alguien aludió muy acertadamente, fue velado una noche del domingo, el mejor homenaje que pudo tener uno de los pilares de la televisión nacional que nos dejó hace pocos días.


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