martes, 13 de marzo de 2018

miércoles, 27 de diciembre de 2017

“Designated Survivor”, una segunda temporada con gusto a poco


Por Estefanía Brid.


“Designated Survivor”, o “Sobreviviente Designado” en español, es la serie de drama político que la cadena ABC presentó el año pasado con gran éxito. Se estrenó el 21 de septiembre de 2016 y tras altos niveles de audiencia, también en la plataforma Netflix, se comenzó a producir la segunda temporada.

Creada por David Guggenheim, y con el protagónico de Kiefer Sutherland en el rol de Presidente, la primera temporada se centró en la conversión de Tom Kirkman (Sutherland) en el representante más importante de los Estados Unidos.

La primera temporada inicia la noche del Discurso del Estado de la Unión cuando en un acto terrorista se asesina al Presidente y a todo su Gabinete de Ministros con excepción del Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano. Este último, Tom Kirkman, había sido nombrado como sobreviviente designado, es decir, aquel que queda a resguardo y que en caso de fuerza mayor se convierte en Presidente de los Estados Unidos. Kiefer Sutherland encarna a un mandatario sensible, quizás demasiado para lo que uno tiene en el imaginario de lo que debería ser el presidente de una potencia mundial. Muy correcto, con exagerada templanza, ni siquiera en las situaciones más peligrosas pierde la postura. Un excelente actor que en este caso realiza una interpretación bastante exagerada.
Con una calidad técnica sobresaliente, muchos efectos especiales bien utilizados y actuaciones secundarias que suman y mucho, “Designated Survivor” consiguió con la primera temporada ser una de las series del momento.


Sin embargo, la segunda parte no consiguió los mismos resultados. Si bien la calidad técnica sigue siendo excelente, el argumento se fue desdibujando y el impacto conseguido en la temporada inicial se diluyó. Los capítulos, por momentos, se hacen muy largos y la presencia de un Presidente tan políticamente correcto en las formas se hace poco creíble y hasta “pesado”. 

A esta segunda parte le falta más acción y le sobre relato.

¿Qué miramos los latinoamericanos en el 2017?


Por Milagros Prado.

Llega un diciembre más, y como es costumbre, se realizan distintos balances de lo que el año dejó. Esta vez, es el turno de los géneros televisivos más vistos durante el 2017 en América Latina.

Según un estudio realizado por Kantar IBOPE Media, este año el género predominante en la región fue la telenovela. Desde las producciones locales en cada país, hasta el furor de las latas provenientes de Turquía, los dramas y culebrones llenaron el prime time de los televisores latinos. Tanto es así, que figura entre los 3 primeros puestos en 8 países.

El segundo lugar en el ranking latinoamericano lo ocupan los reality shows. En la televisión argentina, el mayor exponente del género fue una vez más, “Showmatch” y su eterna fórmula del “Bailando por un sueño”. Aunque este año, tampoco quedó fuera de la grilla el tema culinario con el popular “Dueños de la Cocina”, una reformulación de la clásica competición de chefs. El podio en América Latina lo completan los programas de concurso.


La Argentina se diferencia un poco de sus hermanos latinoamericanos. Como género más visto se encuentra el programa humorístico. Ciclos ya adoptados por el público como “Peligro: Sin Codificar”, o nuevos como “NotiCampi”, encuentran gran cantidad de adeptos. A este género, con larga tradición en el país, lo siguen la telenovela y los programas de entretenimiento.

“The Sinner”: una serie para empezar antes de fin de año


Por Camila Mejía.

Este policial, donde las reglas parecen invertidas, se convierte en un atrapante estudio de un caso psicológico que explica cómo es que una mujer aparentemente normal se convierte en homicida.
La serie “The Sinner”, la pecadora en español, que tiene como protagonista a la actriz Jesica Biel, llegó a Netflix en noviembre, y fue recibida con excelentes comentarios. Este thriller se encuentra basado en la obra homónima de la alemana Petra Hammesfahr.

Lo que parece un policial singular, donde importa más el porqué y no tanto el quién, se termina transformando en un estudio detallado y atrapante de Cora Tanetti (el personaje que interpreta Jesica Biel), y todos los procesos psicológicos que llevan a esta mujer, esposa y madre, a asesinar en pleno día familiar de playa a un joven que se encontraba allí con sus amigos.

La serie cuenta con ocho capítulos, en los que se invita al espectador a recorrer un camino psicológico junto con Cora, donde se reviven episodios traumáticos de su vida, que fueron camuflados dentro de lo que parecía una rutina familiar normal y apacible. Todo estallará ese día, en cuestión de minutos.


El policial es frontal y directo: no se da lugar a las falsas pistas o a los callejones narrativos sin salida. La serie acompaña sin filtros a su objeto de estudio: esta mujer y el asesinato cometido, y el recorrido que se hace de su pasado. La construcción del momento en el cual se realiza el asesinato del joven Frankie en la playa es cruda y real. Esta mujer que en la superficie aparenta ser normal comienza a escuchar en su mente una canción, luego toma el cuchillo con el cual le estaba pelando una fruta a su hijo y mata a puñaladas a ese hombre. Un momento fuerte que dirigirá el ritmo de toda la serie.

La tele que se viene en el verano


Por Estefanía Brid.


Se termina un año y los canales de televisión comienzan a diagramar sus pantallas para el año siguiente. Programas que terminan, otros que modifican sus integrantes y algunas apuestas nuevas.

Canal 9 fue el primero en comenzar a efectuar cambios con vistas al año próximo. El corrimiento de horario de “Confrontados” hace unos meses fue una decisión estratégica con vistas a aumentar la audiencia en esa franja horaria. Luego vino la incorporación del programa de Maju Lozano “Todas las Tardes”, un magazine que aún sigue sin encontrarle la vuelta al género. Con panelistas interesantes y distintos a lo que se puede estar acostumbrado, aún no logra números de rating por arriba del 1.5. Ya se supo que Leo Montero firmó su renovación con el canal y seguirá con “Mejor de Noche” y lo mismo Beto Casella con su tradicional “Bendita”.

América apuesta a un verano repleto de espectáculos. “Intrusos” e “Infama” extienden sus horarios para reemplazar temporalmente a “Pamela a la tarde” y cubrirán la temporada de Mar del Plata y Carlos Paz con todos los conflictos de esas plazas. “Animales Sueltos” descansará en el verano y mientras tanto se emitirá la serie “House of Cards”. También se está planificando un programa especial para Adrián Pallares, conductor que gusta mucho en el canal de Palermo. La idea gira en un formato de preguntas y respuestas sobre espectáculo. Maru Botana no seguirá en el canal y su reemplazo lo hará Mariano Iúdica con un programa a la mañana.

Canal 13 tiene varias bajas en los meses que siguen. Ya no estará al aire “Showmatch” que retorna en principio el 09 de abril y tampoco lo estará “Este es el Show” que seguramente vuelva en el mismo momento. Dos caballitos de batalla que le daban mucho contenido al canal. Seguirá Guido Kaczca y se emitirá un nuevo programa conducido por Andrea Politti, “Ojos que no ven”, una especie de “Yo me quiero casar….y ¿usted?” pero aggiornado. Programas que continúan pero con cambios en el panel serán “Los ángeles de la mañana” que le da a El Trece muy buenos números de rating, “El diario de Mariana” y también “Nosotros a la mañana”. Seguramente aparecerán también en escena las novelas turcas que tan buenos resultados dan a los programadores.

Telefe seguirá vigente a la mañana con “Morfi todos a la mesa” y se sumará la versión para niños “Morfi Kids”. La idea es que Gerardo Rozin deje el programa más adelante para participar de otro, pero aún no está confirmado cuál sería. “Cortá por Lozano” seguirá en carrera aunque seguro con cambios en el panel. Y la novela de Estevanez “Golpe al Corazón” estará durante todo el verano con un giro a la historia y nuevas participaciones actorales. También formarán parte de la grilla de Telefe las novelas turcas y brasileras.


Una tele para el verano con pocos cambios y aún menos novedades…

Balance de la TV abierta argentina 2017


Por Gabriela Fabbro.

Nos preguntamos cada vez con más frecuencia: ¿Qué es hoy la televisión? ¿Qué permanece de sus modos de producción y recepción históricos?; el producto televisivo de hoy por excelencia: las series, ¿son cine o televisión? ¿Sigue teniendo vigencia la televisión abierta en Argentina? ¿Qué sigue después? ¿La gente sigue mirando televisión?

Las estrellas, Bailando por un sueño, Golpe al corazón, El sultán, Un gallo para Esculapio, Cuéntame cómo pasó, Intratables o Combate parecen haber sido los programas de TV que alimentaron la pantalla argentina durante este año. Es verdad, estuvieron en pantalla, pero ¿la gente los vio? En un contexto creciente de baja del encendido, con números de rating que no llegaron nunca a los 20 puntos y cuando 12 puntos fue un gran éxito, la gente sí los vio pero …quizás, no en su televisor. En las redes sociales, en las páginas webs de los canales, en Facebook o Youtube probablemente estos contenidos tuvieron más espectadores que en el momento de salir al aire. Pero también The Crown, Stranger Things, Game of Thrones, y otras tantas series, integraron la programación consumida por la audiencia. Telefé, Netflix, Canal 13, HBO, América o Qubit.tv son parte de la oferta televisiva actual.

La televisión está cambiando es evidente, y sigue buscando su rumbo. Hay una línea teórica que enuncia que la TV no está muriendo, explicitada por autores tales como Toby Miller (2004) o John Ellis (2009). Ellos son los defensores de la permanencia de la pantalla del televisor tradicional, además de "ser más diversa, más difusa, más popular, más poderosa y más innovadora que nunca" (...) "la gente que ve TV en distintos dispositivos y en diferentes servicios está viendo más, no menos TV (...)". 

La televisión como tal seguirá vigente, recibida quizás en otras, nuevas y diversas plataformas, pero sus contenidos continuarán siendo un referente fuerte para quienes la consuman. Según Lotz,  permanecerá como esfera pública electrónica, (con su carácter  generalista y definidor de agenda), como foro subcultural, es decir, construyendo nichos de recepción (MTV o Netflix), y, como siempre lo fue, una ventana hacia otros mundos; como una gran contadora de historias.

Otra línea es la que afirma que cierta TV está muriendo (seguidas por autores tales como Verón, Katz, Carlón o Piscitelli), para quienes la televisión que conocimos entre las décadas de los sesenta y los setenta está muriendo. Dice Katz, citando a Mario Carlón, esa televisión está dejándole espacio a otra de cientos de canales, que transmite a “nichos”, portable, que es parte de un sistema integrado a internet y otros nuevos medios.

El 30 de abril de 2013 el diario USA Today afirmaba: “Las apps son el futuro de la televisión… Ésa es la visión de Reed Hastings, presidente y cofundador de Netflix”.

Dicha compañía afirma en un ensayo en su web: “en las próximas décadas y en todo el mundo, la televisión por internet reemplazará a la televisión lineal (programada), pues las apps sustituirán a los canales, los controles remotos desaparecerán y las pantallas proliferarán. Al tiempo que la TV por internet crece de millones a miles de millones, Netflix, HBO y ESPN están marcando el camino”.

La TV ya no se comenta en la mesa, es verdad….pero se comenta en la redes…., del storytelling pasamos al storydoing, de la sala de ver televisión a un dispositivo móvil, hasta llegar al oxímoron de hoy: el broadcast personalizado. La programación a la carta. Elegimos qué ver, dónde y cuándo verlo. El gerente de programación de un canal ya no es el que toma la decisión, ya no importan las franjas horarias ni la competencia directa. Cada espectador es su propio programador.

Para otros, estamos ya en el contexto de la peak TV, es decir, una televisión de la saturación (“la televisión que llegó a un pico máximo”), frente a la infinidad de contenidos audiovisuales ofrecidos, en la infinidad de canales y plataformas, el espectador ya no tiene ni tiempo físico para consumir todo lo exhibido. ¡Qué lejos que quedó el horario central o prime time  de la neotelevisión! Pero justamente frente a la saturación de la oferta, la televisión abierta tiene un gran desafío por delante: conquistar al espectador ubicuo quien quizás, se “posa” en su contenido y hay que atraparlo apenas lo haga.

Por ello, probablemente el directo, en gran parte, la esencia de siempre del discurso televisivo, seguirá siendo su principal canal de referencialidad: los acontecimientos deportivos y espectáculos de entretenimientos, serán siendo consumidos de este modo.

Para otros autores, tales como Castelló (2013), estamos en la época  de la “televisión social”, entendida como aquella en que canales alternativos son como plataformas sociales que sirven de canal conversacional en torno a lo que sucede en una programación. Ejemplos de ello es FBLive, herramienta perfecta para impulsar la interacción con la audiencia de un determinado programa durante su emisión (o no), o con el colectivo de “amigos” en esta red social, que reacciona ante los contenidos lanzados en directo.

Por lo tanto, obtener más datos sobre la opinión de la audiencia y aumentar el fenómeno fan sobre determinados contenidos es parte del desafío: conocer mejor a quienes  consumen los contenidos televisivos. Hoy los contenidos producidos por los seguidores alargan la vida de historias emitidas por televisión: fanseries, falsos y honest trailers, mash ups, remakes,  memes, GIFs, son la continuidad de lo que se piensa pero sobre lo que no siempre se ha proyectado, la producción de los fans supone la co-construcción de las ideas, y la televisión abierta tiene que convivir con ellos. La enriquecen, la potencian, la difunden.


Más allá entonces de las categorías teóricas coyunturales, más allá de la postelevisión, estamos frente al desafío de la televisión contemporánea, cambiante, que busca su nuevo destino, que se sigue instaurando como un fuerte referente social, independientemente de en qué plataforma se consuma y que pone, especialmente a los productores, ante un nuevo y apasionante desafío: seguir construyendo buenas historias.

martes, 31 de octubre de 2017

En busca de su nuevo rol: "El noticiero de la gente"


Por Gabriela Fabbro.


Telefé comenzó en septiembre una nueva estrategia en la propuesta de sus noticieros diarios. La más jugada fue la incorporación de Nicolás Repetto al noticiero del mediodía. Desafío más que difícil para un profesional de gran experiencia en la conducción pero con un tono y estilo alejado de la formalidad, por ahora necesaria, que requiere un noticiero. Su debut lo mostró con cierta incomodidad, ubicándose por momentos como presentador de noticias, en otros como interlocutor de sus otros compañeros en la conducción, también como portavoz del público que todo lo pregunta, en fin, todos los roles y ninguno a la vez.

Si bien los noticieros actuales se han descontracturado, sus conductores cada vez parecen más informales, la tecnología los desborda y el intento de conquistar al público parece ser el principal objetivo; aún no han encontrado la fórmula exacta. En búsqueda constante desde hace algunos años, las pruebas y errores se multiplican en todas las señales de aire y cada vez más a menudo.

Esta vez Telefé apostó por cambiar la cara al frente del programa. Y optó por un conductor asociado a programas de entretenimiento, ágil, canchero, al que recordamos por sus programas como "Semanario Insólito" o "La noticia rebelde" (formatos más cercanos al humor y a la ironía que al retrato fiel de la realidad), "Fax" o "Sábado Bus" (originales formatos de entretenimiento) o inclusive por sus papeles en la ficción, como en "Farsantes" o "Guapas" (donde apostó a roles también alejados de su imagen construida pero en los cuales le fue muy bien). Se ve que en la ficción o el entretenimiento se siente más cómodo; en el género referencial se lo ve encorsetado.

Por estos días, el canal lo ha enviado a Barcelona a cubrir el proceso de intento de independencia por parte de Cataluña. En los informes, de camiseta blanca y campera de jean se lo ve mucho más cómodo que con el traje que cada mediodía luce en el piso. Es más, su frescura y tono ameno y descontracturado surgió en las notas en España mucho más que en sus intervenciones de cada mediodía.

Las apuestas pueden llevar su tiempo. Se animó a probar entrevistando al hermano de Jones Huala, dirigente mapuche detenido y visibilizado por el caso de Santiago Maldonado, con una capucha que le tapaba la cara. Por ahora sólo logró repercusión, negativa en general en las redes, aunque la intención era muy válida, pero poco el rating que lo acompañara. Capacidad, histrionismo e inteligencia le sobran. Habrá que ver cuánto puede esperar Telefé hasta que la que nueva fórmula dé sus frutos.