martes, 30 de septiembre de 2014

¿Por qué miramos lo que miramos en TV? ¿Qué nos identifica con los programas que seguimos?

Por Gabriela Fabbro.

Hoy esta pregunta se vuelve muy pertinente, pensando en las diferentes maneras que tenemos de relacionarnos con los programas de TV a los que seguimos finalmente.
Miramos una serie en la pantalla del televisor, la bajamos de Internet, realizamos un BingeWatching (o atracón de series) en una tarde de sábado, compramos todas las temporadas o simplemente estamos en el horario central frente a la ficción que un canal abierto nos ofrece…


Y seguimos a sus personajes, sabemos cómo reaccionarán frente a los conflictos, nos ponemos en el rol de protagonistas, sentimos, reímos y sufrimos con ellos.
A raíz de las escasas investigaciones con carácter empírico realizadas sobre la identificación de la audiencia con los personajes de la ficción y del entretenimiento mediático, el Observatorio de la TV realizó un estudio con jóvenes estudiantes universitarios que descubre cómo esa identificación es una variable explicativa para comprender el agrado por la ficción audiovisual.

Para conseguir estos resultados, se han correlacionado datos obtenidos en jóvenes universitarios de la Argentina y de España. También se ha analizado la evaluación cognitiva provocada por el capítulo de ficción propuesto. Esta investigación fue relevante para comprender el comportamiento y la respuesta de las audiencias ante las producciones de entretenimiento audiovisual.

Para la presente investigación, se ha escogido el episodio siete de la segunda temporada de The walking dead, serie de ficción elegida por los altos índices de audiencia en ambos países. Thewalkingdead (Los muertos vivos) es una serie de televisión desarrollada por Frank Darabont y basada en la serie de cómics homónima creada por Robert Kirkman y Tony Moore, que actualmente se publica por la editorial Image Comics. Hemos aplicado una escala de identificación, compuesta por 17 variables que mide una serie de procesos psicológicos que surgen mientras se proyecta al episodio abordado.

Los resultados ofrecen que nos acercamos a una ficción por una empatía cognitiva (capacidad de comprender o ponerse en el lugar de los protagonistas, por una empatía emocional (esto es implicarnos afectivamente), por la capacidad de fantasear (es decir, anticipar situaciones e inferir consecuencias del accionar de los personajes) y por la ilusión de volvernos protagonistas (sentir la ilusión de que cada uno de nosotros lo es).

Estos últimos años han sido en los que el género ficcional ha monopolizado las pantallas, a través de telecomedias, comedias dramáticas, unitarios, y especialmente series y webseries. Locales como extranjeras, en televisión abierta, cable o Internet. Claramente la audiencia busca historias con las cuales sentirse identificadas y serles fiel, es un pacto que cumplimos cada vez que nos sentamos frente a una pantalla.

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