Por Estefanía Brid.
El 24 de abril Telefé estrenó su nuevo reality show basado en el arte culinario:
“Dueños de la Cocina”.
Si bien se especulaba con nuevas ediciones de
“Masterchef” y “Masterchef Junior”, programas que habían funcionado muy bien en
la pantalla comandada por Tomás Yankelevich, estos formatos fueron dejados a un
lado para darle paso a este nuevo programa. Las razones de dicho alejamiento
parece que nada tienen que ver con el rating
sino solo por cuestiones comerciales.
Ahora, cuál es la real diferencia entre “Masterchef”
y el recientemente estrenado “Dueños de la Cocina”. Pocas, a simple vista. El
jurado, al igual que en el programa anterior, está compuesto por tres
personalidades importantes de la cocina nacional e internacional. Y no
solamente esto, sino que dos de ellas, como es el caso de Cristophe Krywonis y
Donato de Santis, se repiten de la versión anterior. La incorporación de
Narda Lepes es la vedette del programa y ella cumple un poco la función de Germán
Martitegui, al ser quien ejerce las críticas más ácidas.
“Dueños de la Cocina” se presenta como algo
novedoso en relación con lo anterior. Esta vez los participantes tienen que ser
cocineros expertos en la cocina, aunque en lo que va de las emisiones, muchos
de ellos no parecen serlo. Tampoco en el desarrollo del programa, hasta el
momento, se conoce dónde trabajan o han trabajado.
La originalidad del formato es que los
participantes de “Dueños de la Cocina” tienen que batirse a duelo para
conseguir la llave del restaurante “La Panadería de Pablo” y poder demostrar
que pueden llevar adelante una cocina con un menú de tres pasos y deleitar a
una cantidad importante de comensales y no solamente al jurado.
Si bien la parte del duelo para ganarse la
“llave” es muy similar a la de “Masterchef”, la participación en una cocina
real con los contratiempos que pueden existir en cualquier restaurante hace de
“Dueños de la Cocina” algo interesante y digno de ver. Y es justamente en esta
sección dónde se puede apreciar el reality
en su formato más puro, porque es aquí en donde comienzan a jugar fuerte los
participantes y empiezan a conocerse las miserias de quienes comandan las
cocinas en plena competencia.
La incorporación de Marley es otro cambio y
otro acierto. Mariano Peluffo es un gran conductor de reality shows e hizo un papel destacable en “Masterchef”, pero
Marley le da ese condimento grotesco que descontractura las críticas, la
devolución de cada plato y las caras poco amigables de algunos jurados a la
hora de evaluar las performances.
Veremos si el público acompaña
esta “nueva” oferta de Telefé. Al menos, la televisión, más allá de las
competencias y polémicas, apela a la trasmisión de conocimientos y hábitos que
pueden enriquecer a la audiencia que la mira: aprender a cocinar, conocer
platos e ingredientes típicos y nuevos, incorporar técnicas y despertar en cada
espectador el placer de cocinar para otros, es la intención que debería
prevalecer en este tipo de oferta televisiva.
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