Por Gabriela Fabbro.
El 11 de enero
Canal 13 y Polka estrenaron “Los ricos no piden permiso”, una nueva ficción
nocturna que vuelve a instalar a la telenovela clásica en el horario central de
la televisión abierta. Si hay género maniqueo por excelencia, ese es la
telenovela. Ricos versus pobres como la principal oposición dentro de las
convenciones del género, son el eje del relato, que ya está presente desde el
propio título (sugerido, como dato de color, por Mirtha Legrand hace algunos
años al propio Adrián Suar).
Los de arriba y
los de abajo, los feos y los lindos, los ricos y los humildes, las malvadas y
las ingenuas, los patrones y los empleados, en fin, los malos y los buenos como
garantía del éxito de audiencia se dan cita cada noche por el canal de
Constitución.
El protagonismo
está repartido entre duplas, triángulos y hasta cuartetos de parejas (Darthés /
González / Castro; Heredia / Cherri /De Dominici; Castro / Cardinali / Cáceres
/ Graciarena), que construyen un elenco coral, sin grandes despliegues de
interpretación, en los roles principales.
Sí hay cuerpos masculinos trabajados,
peinados que molestan todo el tiempo y generan tics en las actrices, galanes
muy producidos, hermosas locaciones y paisajes locales. En los roles
secundarios se ofrecen ricas interpretaciones tales como los de Norma Aleandro
(primeros programas), Luciano Cáceres, Malena Solda o Gonzalo Urtizberea, etc.
Recordando a “Herederos
de una venganza”, otra telenovela de la misma productora y también dirigida por
Marcos Carnevale, “Los ricos no piden permiso” atrae cada noche desde la gran
mansión de la estancia de los Villaba como el marco perfecto para un mundo de
romances, traiciones, enfermedades, asesinatos, amnesias, y hasta un
experimento científico con el agua de la laguna de la zona. Dos líneas
narrativas que se unen para ofrecer todo lo que un culebrón debe dar a su
público.
Polka apostó al género clásico y por el momento, con su 13 puntos de rating de promedio y nuevo horario, da
batalla al estreno que Telefé presentó hace pocos días, “Educando a Nina” y se
mantiene como atractivo para el público de Canal 13, seguidor de Polka y sus
novelas costumbristas, esta vez, ambientada en la clásica oposición ricos y
pobres.
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