domingo, 24 de abril de 2016

El poder de la imagen. El video de La Rosadita como reflejo de una realidad


Por Gabriela Fabbro.


Cuando parece que la televisión abierta pierde vigencia y espectadores, una filmación, tomada por una cámara de seguridad, puso de nuevo a la imagen en televisión en primer  plano.

El video de La Rosadita, que es una ¿nueva? prueba en la causa de la ruta del dinero K a cargo del juez Casanello, inundó las pantallas y los programas de televisión.

En primer plano la escena, en primer plano el dinero y en primer plano es cómo se ve a los protagonistas de esta filmación. La imagen como tal, siempre tuve un claro anclaje en la realidad. Y si bien una imagen no es lo mismo que lo que representa, porque es eso, justamente una re-presentación, es literalmente, una nueva presentación de eso que muestra, en este caso, una nueva muestra de la corrupción y la fascinación por el dinero como eje de un relato.

Las imágenes de La Rosadita, le dieron nuevamente a la televisión abierta legitimidad y credibilidad. Porque lo vemos, lo creemos, y frente a ese documento, que nada tiene de falsificado, estamos frente a la cruda realidad. Una realidad que puso en evidencia a personas, que ayuda a seguir conociendo la trama de esta compleja estrategia de ambición y que, además, y fuera de lo esperado, hasta ayudó a que la audiencia apoyara más aún a la actriz que se sintió traicionada por su marido contador. La televisión llega hasta lo inesperado.

Nuevamente las imágenes fueron reflejo de un hecho, como en las primeras películas de los Hermanos Lumière, que se transformaron en un mero y fascinante registro de la realidad que pasaba por delante de su cámara. Lamentablemente, el avance del lenguaje audiovisual hace que hoy las imágenes también sirvan para registrar lo que en La Rosadita pasó, un grupo de hombres brindando al contar millones en dólares y euros.


La imagen, repetida hasta por demás, remarca el valor del registro, del documento como modo de contar una verdad. Será por eso que la fascinación con las imágenes no termina jamás, en una foto, en una selfie, en el video realizado con un celular, o la cámara del más famoso director de cine: siempre hay una lente que tiene la capacidad de reflejar la realidad, que queda ahí, como un documento, triste en este caso, de la Argentina reciente.

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