¿Qué hay detrás de las series de época o de las grandes ficciones utópicas que cautivan tanto la atención del televidente? A las audiencias les encanta imaginar y sentir otras épocas, de las cuales muchas veces sólo se pueden informar a través de historias narradas por otros. Mad Men es un claro ejemplo de serie de época, con una riqueza narrativa y audiovisual dada por su estilo y su autenticidad histórica reflejada en el guión.
La televisión representa y esquematiza a las sociedades. Las series y las telenovelas resuelven conflictos y temáticas de interés general y contemporáneo, teniendo en cuenta cuestiones del momento que enclaven a la audiencia en un espacio y tiempo reconocido.
A su vez, al televidente le gusta recordar, revivir o simplemente entender y presenciar las épocas del pasado, reflejadas en las series por medio del diseño de vestuario, la ambientación, la escenografía, la fotografía, los diálogos y las actuaciones que reflejan las costumbres y creencias de tiempos históricos.
¿Qué hay detrás de las series de época o de las grandes ficciones utópicas que cautivan tanto la atención del televidente? A las audiencias les encanta imaginar y sentir otras épocas, de las cuales muchas veces sólo se pueden informar a través de historias narradas por otros.
Mad Men es un claro ejemplo de serie de época, con una riqueza narrativa y audiovisual dada por su estilo y su autenticidad histórica reflejada en el guión. La exitosa serie, fue llamada así por los publicistas de la década del 50´, que así se autodenominaban por trabajar en Madison Avenue de la ciudad de Nueva York. La trama se centra en el negocio de agencia de publicidad y en la vida personal de los personajes que representan la sociedad de Estados Unidos de la década del 60´; siendo Mad Men una expresión de los acontecimientos de aquellos años que el mundo aún recuerda: la guerra de Vietnam, las elecciones de JFK frente a Nixon y el asesinato de JFK, The Beatles y el nacimiento del rock, los movimientos de contracultura de la década, y principalmente el rol de la mujer y el “american way of life”.
Uno de los principales ejes es la creatividad como herramienta de trabajo, ya que sin ella los publicistas no existirían y la serie no tendría sentido de ser. El debate se lleva hacía la moralidad de la publicidad y el consumismo por un lado, y por el otro el tabaquismo y alcoholismo de la época, que carecía de regulaciones y contrasta con nuestros tiempos. Mad Men trae tiempos pasados hacía el presente para discutir abiertamente y notar las diferencias en temas como las instituciones, el adulterio, el sexo, la movilidad social, el interés público, la cultura, el consumismo y un largo etcétera.
Mad Men presentará una última y séptima temporada por la cadena AMC, que tendrá un formato dividido en dos partes. Mathew Weiner, el creador de la serie, espera tener una historia más elaborada contada en dos partes, con el fin de darle un cierre a la serie en el 2015. La cadena ya probó el formato con la exitosa Breaking Bad, que logró duplicar su audiencia, y también seguirá la misma fórmula The Walking Dead, en su próxima temporada.
Entre las curiosidades que encontramos en Mad Men, de los nueve guionistas, seis son mujeres. Un dato interesante y quizás un poco contradictorio, o tal vez simplemente una muestra del cambio del tiempo: una historia donde se representa una sociedad principalmente machista, escrita por mujeres que describen al hombre tratando de entenderlo, descifrándolo y sobrellevando sin molestias las frases ofensivas de los hombres de la década del 60´.
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