En un año electoral, y
con la ausencia de quien fue por ciclos el líder indiscutido del prime time, la
televisión muta y los roles pasan a ser ocupados por nuevos actores: el
periodismo-humor alcanza picos de rating y define la agenda semanal de los
medios.
Por: Javier Bruggia
“Marcelo Tinelli no
vuelve a la pantalla chica”. Con esa impactante noticia comenzó el 2013 para la
industria televisiva que, a pesar de haber cambiado alguna de sus dinámicas, se
supo acomodar ante la ausencia de uno de sus más importantes protagonistas.
A pesar de que muchos
creían que la ficción, con Sebastián Ortega como principal referente, asumiría
el compromiso de ocupar ese vasto espacio en la televisión argentina, fue Jorge
Lanata quien se erigió como el insospechado reemplazante de Tinelli. Si fueron
los televidentes quienes lo eligieron como tal, forma parte de un debate
todavía no resuelto. Sí, no caben dudas de que Periodismo Para Todos ha sido
elegido por la propia televisión como el "viejo nuevo" ShowMatch.
Lo viejo, lo nuevo y
lo eterno
Lo viejo: el contexto
y la influencia del conductor
Ante un escenario similar al que precedía las
últimas elecciones legislativas de 2009, la Política se viste de gala y se
inserta en el mundo de la televisión, en lugares no acostumbrados, lejos de los
programas periodísticos. En aquel año, Tinelli
recicló “El Gran Cuñado” y lo transformó en una poderosa ventana para que los
políticos se muestren “más humanos” ante millones de personas. Algunos incluso
lo supieron aprovechar. Actualmente, se debate si el programa de Tinelli fue un
factor clave en los resultados que alcanzó Francisco de Narváez en esas
elecciones.
Hoy, Lanata retoma la
fórmula Política-Humor para acercar, no a los protagonistas, sino lo que
hacen los protagonistas, para que sea más “televisivo” y asequible para toda su
audiencia. Ambos programas tomaron la imitación de políticos para ironizar y
exagerar los aspectos negativos (y, por qué no, positivos) relacionados con cada uno. En “El Gran Cuñado”, solía
mostrarse un De La Rúa perdido y aislado, en contraposición de un de Narváez
cálido y proactivo. Ahora, en Periodismo Para Todos vemos una Cristina autoritaria y un Aníbal
Fernández obsecuente. Pero, al igual que
en los sketchs de Tinelli, no todo es crítica: Mahatma Scioli es el personaje
optimista que se sobrepone a todas las dificultades que le instalan desde el
Gobierno Nacional.
Por otro lado, ambos
programas llegaron a definir la agenda mediática. Como una usina de contenido,
nutren a un amplio espectro de programas que toman los temas de más impacto para
analizarlo, ya sea desde lo periodístico o desde el chimento.
Lo nuevo: la
investigación y el editorial cívico
El núcleo de
Periodismo Para Todos no es el humor, sino la investigación periodística. Eso
es quizás lo más novedoso. Con tono de denuncia, el equipo periodístico del
programa destaca por los informes que publican, de los cuales la gran mayoría
terminan dirimiéndose en la Justicia, e impactan directamente en el grado de
aceptación social de los implicados y en la opinión pública. Por eso, el periodismo
pasó a estar en el centro de la escena. Es la nueva estrella del equipo. Tanto
es así, que incluso la pelea entre periodistas pasó a ser parte del contenido
de los programas.
Además, en PPT hay una
fuerte bajada editorial en contra del gobierno actual, en concordancia con las
investigaciones presentadas y con el canal donde se emiten. Resulta muy difícil
separar el programa de su contexto. PPT se convirtió en la vanguardia del Grupo
Clarín en esta pelea que enfrenta al Multimedio con el gobierno. En sus
monólogos, Lanata excede sus labores periodísticas para definir una postura e
invitar a los televidentes a que reflexionen sobre qué es lo que tiene que
hacer a la hora de votar, de juzgar a ciertos políticos y de tomar posición
ante ciertos temas.
Lo eterno: "salmón" + "ensalada" = Actualidad + Entretenimiento
Periodismo Para Todos
es el viejo nuevo ShowMatch, con similitudes y diferencias que lo convierten en
uno de los programas más vistos e influyentes de la televisión argentina. Durante una
reciente entrevista en su programa Animales Sueltos, Alejandro Fantino
explicó: “La fórmula que usa Lanata es inteligente. La gente se cansa de comer salmón todos los días. De vez en cuando quiere un poco de ensalada”. El salmón es lo periodístico, las
investigaciones, la denuncia, el editorial. La ensalada: las chicanas entre
periodistas, Leo Fariña, “la sueca”, “Timerpunk” y compañía. La ensalada da
rating, impacto y repercusión. El salmón es lo que leemos en los diarios al día
siguiente. Es lo que influye en el clima social, repercute en la política y
muchas veces termina resolviéndose en la Justicia.
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