Por Camila Mejía.
El ciclo
de la telerrealidad busca extender el éxito con un nuevo formato que
incluye juegos y desafíos, donde participan los ex jugadores de GH 2016.
Acercándose
el fin del programa estrella de América, “Gran Hermano”, la Gerencia del canal
debía tomar una decisión respecto de cómo se iba a completar la grilla, y si se
podía de alguna forma seguir aprovechando el éxito que genera cada año el
ya tan conocido formato de Endemol. Como consecuencia, se gestó “Gran
Hermano 2016: La Revancha”, un reality de juegos y desafíos
que se emite en el horario que ocupaba “El Debate de GH”.
Los
protagonistas de “La Revancha” son los participantes de “GH 2016”, sin contar
al ganador “Luifa” Galesio, que junto a Francisco Delgado, son los encargados
de supervisar a los chicos. Pamela David es la conductora del programa, y
cuenta con la ayuda de Flavio Azzaro y Cinthia Fernández en el
estudio.
Los
participantes de “La Revancha” deben enfrentar diferentes desafíos que se les
presentan, y deben cumplirlos en las calles de Buenos Aires. Cada “hermanito”
abre un sobre que le indica lo que debe hacer para avanzar en el juego. Al
mejor estilo “Combate”, deben hacer tendencias en las redes sociales y hacer
esfuerzos por sumar seguidores. El premio deseado: un auto 0 km.
Los
desafíos del programa fueron vistos en ciclos como “Lo sabe no lo sabe”, “El
último pasajero” y “Help, necesito un favor”. Y esta no es la primera vez que
se busca extender el éxito de “GH” con un formato de juegos. En 2007, en AM,
los ex participantes de “GH4” formaron parte de un programa del mismo estilo,
que también los dividía en 2 equipos para participar por 20 mil pesos, en ese
entonces con la conducción de Leo Montero y Vero Lozano.
Como
sostiene José Ángel Cortés, los programas "exitosos" irradian en la
programación contenidos y programas satélites. "GH 2016: La revancha"
no es la excepción. Lástima que en lugar de enriquecer la propuesta, de apostar
a nuevos contenidos, se cae en la fórmula trillada, con personajes poco dignos
de protagonizar un programa de televisión y en un horario central, en el que se
podrían exhibir otros contenidos más valiosos para el público. América tuvo una
nueva oportunidad de tomarse revancha y lamentablemente no supo utilizarla. Más
de lo mismo no le hace bien a la televisión abierta argentina.
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