Por Teresa Bosch.
Este año en el evento más importante de
la industria audiovisual, no sólo las “majors” fueron las protagonistas
estrella. También entre los estudios independientes, Turquía dijo presente y
desplegó su poderío. En su catálogo se encuentran cientos de telenovelas y
series (o “dramas turcos”), cada vez más programas de entretenimiento y ya va
ganado terreno la animación turca que se está posicionando en el mercado
internacional. Si bien en este evento América Latina es el mercado más
codiciado para las “majors” a quienes logran cautivar cada año con sus
productos, no dejan de mirar con recelo el avance desde el Oriente.
Las ficciones turcas, dramas en su
mayoría, ya son un éxito de audiencia en América Latina y US Hispanic, además
de haber conquistado años anteriores territorios como el Norte de África y
Europa del Este. Los contenidos turcos ya han sido adquiridos por más de
setenta países y esta tendencia crece día a día.
Nadie puede haber pasado por alto el
estreno de “Filinta”, una de las series turcas localizada en la bella ciudad de
Iconio, fundada por los romanos en el siglo II AC. Por todos los rincones del
Hyatt Century Plaza Regency Hotel de Los Ángeles, donde tuvo lugar el evento,
se exhibían los posters de la serie. “Filinta” es un drama épicodetectivesco, sobre el imperio Ottomano, producida por la
televisión pública (TRT) y distribuida internacionalmente a través Inter Medya.
Por el momento cuenta con una temporada de 24 episodios -aún sigue
transmitiéndose en su país de origen- y esperan llegar a los cien episodios. La
otra serie, “Resurrection”, tampoco pasó desapercibida y además completó la
presentación de Turquía los catálogos de las demás productoras que ya cuentan
con miles de productos monetizables en el mercado internacional. Ya no son sólo
las historias de amor turcas las que triunfan; estos últimos estrenos están
llenos de crímenes, robos, misterios e intrigas, producidos en jornadas de
dieciséis horas, seis días a la semana por capítulo, con un presupuesto tan
alto como una superproducción de Hollywood.
“Si
no puedes contra ellos, únete a ellos”
Una novedad que
acompaña el cambio de paradigma fue la adquisición de Mundo Fox de los derechos
de una de las más prestigiosas series turcas, “Kurt Seyit & Sura”, emitida
por Star TV en 2014, 21 episodios de 90 minutos cada uno, distribuidos en dos
temporadas. Una historia de amor clásica entre una noble rusa y un
terrateniente turco, que ya fue estrenada en Grecia, Bulgaria, Rusia, Albania, Hungría, Montenegro y ahora
se dirige hacia Estados Unidos para llegar desde allí a la audiencia más
importante del mundo, la que produce por excelencia. Un prometedor avance del
auge turco.
Las grandes compañías como Televisa, no
se rinden ante este fenómeno y le hicieron frente adquiriendo la mayor cantidad
de formatos posible para producir en su propio territorio, pero sobre todo para
bloquear el avance en su mercado, protegerlo y así evitar la competencia y
penetración en su región. Podrán controlar esta expansión en la TV abierta los
próximos años, aunque las nuevas plataformas permiten saltearse esta barrera y
captar las audiencias que pierden todos los días en todo el mundo los medios
tradicionales como la TV.
Algunos expertos como Jorge Nisco,
director de Polka, no entienden ni pueden explicar el fenómeno turco. Tal vez
lo único que lo explique sea la calidad cinematográfica con la que se produce
actualmente en este país. Las series son para el prime time de la TV paga y ellos cada vez entienden mejor este
mercado y logran independizarse del monopolio de las distribuidoras y hacer sus
propios negocios.
Durante el evento LA Screening, Telefé
presentó la serie “Entre Caníbales”, coproducida con Sony, dirigida por Juan José
Campanella y protagonizada por Natalia Oreiro, Benjamín Vicuña y Joaquín
Furriel. Fue el mismo Campanella cuando presentó el capítulo piloto en el
corazón de Hollywood quien afirmó con humor que uno de los móviles para la realización
de la serie fue,“una mojadita de oreja, una
cierta irritación porque el programa número uno en Argentina es turco, y esto
no puede ser”… Los asistentes al estreno rieron con ganas y aplaudieron la
ocurrencia e incluso varios compartieron después la opinión de Campanella. Hoy,
el rating de la serie “Entre Caníbales”, se doblega ante el éxito de la novela
turca “Las mil y una Noches”, transmitida por el Trece, lo que obligó a Telefé
–entre otras razones- a reprogramar la serie y pasarla a un horario marginal e
incluso acortarla de 90 a 60 episodios. Y Telefé y el Trece, ambos siguen
comprándole a Turquía, rendidos ante la evidencia del gusto de la audiencia,
aunque no se puedan explicar ni digerir este fenómeno.
Y lo que además resulta paradigmático es
que cadenas como NBC y ABC compraron contenido turco para adaptar a su
territorio.
El
avance estratégico y progresivo
Hace menos de una década Turquía no figuraba
en el mapa audiovisual mundial. Comenzaron a comprar formatos, a desarrollar
lentamente su negocio contratando a los mejores de la industria en el exterior para
formar a su propia gente. Su marco regulatorio se flexibilizó y los incentivos a
la producción así como las grandes inversiones privadas crearon el clima
perfecto para el desarrollo estratégico y progresivo tanto de su producción
nacional como el del consumo de sus productos por su propia gente. Pasaron de
ser los principales compradores a ser los principales vendedores de los
independientes. El ritmo de producción ha sido de cien productos al año. No
sólo cambiaron su propio ecosistema de producción sino también los hábitos de
su audiencia y están trasladando este modelo al mundo entero.Hoy son líderes, los
que más crecieron en los últimos cinco años y siguen para adelante. Su primer
producto estrella,“Las mil y una noche”, adquirido por Chile primero, hoy se
cuenta entre las novelas de mayor audiencia en numerosos países de
Latinoamérica.
La representación turca en los eventos
más importantes de la industria es cada año mayor. En LA Screening la presencia
de este país se hizo notar, tanto en la exhibición de sus productos como en la
concurrencia de ejecutivos de ventas que se movieron activamente en pos de
conseguir nuevos acuerdos de ventas internacionales.
Este año Turquía, luego de su fuerte
presencia en LA Screening, además fue elegido como país de honor para el MIPCOM
2015 que tendrá lugar en octubre en Cannes. Y serán anfitriones de un mega
evento para la industria audiovisual en el 2016 como ya lo anunciaron.
La
sutileza turca
¿Cuál es el secreto? Se preguntan muchos
al igual que Campanella. El secreto más evidente es la calidad cinematográfica
con la que está narrada cada historia, que según afirman ellos mismos,
invierten un millón de dólares por capítulo. Pero no es sólo esto. Existe una
redefinición del género. Ellos ya no las llaman “telenovelas” sino “drama
turco”. Los producen en dos formas diferentes, las de emisión diaria y las
semanales, estas últimas dirigidas en exclusivo para el prime time.
Algunos de los grandes estudios como
Sony y Fox alzaron hace años su bandera y se posicionaron como las productoras
y distribuidoras para toda la familia. Del análisis de contenido de las series
turcas, se puede concluir que el núcleo de sus historias tienen este mismo eje.
Sin embargo el atractivo diferencial es una familia distinta a la occidental,
aunque no por eso menos universal en sus valores, a la que hemos sido
acostumbrados bajo el dominio americano. Y además nos llega empaquetado de la
mejor manera, con grandes despliegues en vestuario, locaciones variadísimas,
incluso más exteriores que los que habitualmente se utilizan en series de alto
presupuesto.
En cuanto a la estética y al “acting”,
el secreto está en la sutileza. El exceso sólo puede estar en el vestuario y
las locaciones pero no en la actuación ni en el lenguaje. Bastan las miradas y
las caricias, sobran los gritos y se hacen esperar los besos. Los tiempos se
dilatan y transcurren con una lentitud casi sagrada. También se trata de un
género de amor televisivo diferente.
Un acelerador de la economía turca
Las cifras del
negocio de exportación de las series turcas ya superan los 200 millones de
dólares anuales. Este año además la animación turca
ofreció sus productos al mercado internacional a través de su estudio Düşyeri Animation Companyen la próxima edición de Mipcom 2015, donde estará presente con su propio
stand en el pabellón del País de Honor.
La industria
audiovisual aceleró el crecimiento de la economía de Turquía y lo que más
sorprende es que aceleran también las demás industrias con este envión. El
creciente auge turístico que está
teniendo este país no deja de sorprender, sin duda los contenidos de calidad acercan
Turquía al mundo occidental y seducen a los turistas del mundo entero y ya son
miles las personas que se trasladan por motivos turísticos generados a través
del fenómeno de masas que constituyen hoy las series turcas. Tal vez en pocos
años peregrinemos a los parques temáticos situados en las antípodas del mundo
occidental.
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