lunes, 29 de mayo de 2017

“13 Reasons Why”, ¿suceso y controversia de la misma mano?


Por Estefanía Brid.

En marzo de este año se estrenó, en la plataforma de Netflix, la miniserie “13 Reasons Why”, en castellano “Por 13 razones”. Esta historia contada en 13 capítulos más un especial, está basada en la novela de mismo nombre, asociada al estilo del drama adolescente de Jay Ashe, que fue adaptada por Brian Yorkey para la plataforma de streaming norteamericana. 
En un principio, Universal Studios había comprado los derechos de esta novela para realizar una película, proponiendo a Selena Gómez para el papel de la protagonista. Pero en 2015, Netlifx anunció que finalmente se estaba preparando una adaptación televisiva de la mano de la productora Anonymous Content y Paramount Television, y con Selena Gómez como una de las productoras ejecutivas.
La serie cuenta la historia de Hanna Baker, una estudiante de secundaria, que se suicida y antes de hacerlo graba siete cassettes, de ambos lados (excluyendo el último), en donde relata las razones y más puntualmente las personas, que la llevan a tomar esa extrema decisión. La serie enfoca el relato desde otro de los protagonistas, Clay Jensen, compañero y pretendiente de Hanna, que es quien escucha cada una de las cintas y va conociendo el padecimiento que ella sufre en un mundo juvenil que le es hostil.
“13 Reasons Why” tiene un objetivo noble que es plantear ante la audiencia todas aquellas situaciones posibles que pueden afrontar los adolescentes y que pueden afectar su desarrollo personal. Sin embargo, al narrar la historia sólo desde un personaje se torna a veces poco verosímil. Parece improbable que sólo a Hanna le sucedan absolutamente todas las situaciones. En ocasiones, el exceso perjudica al relato.
También hay que destacar que “13 Reasons Why” se torna violenta en sí misma sin necesitar serlo. En busca del efecto, los últimos capítulos utilizan de modo abusivo la violencia y la espectacularización de situaciones muy chocantes. Muestra demasiado sin que el relato así lo requiera, porque además, ya desde el primer capítulo sabemos la decisión que toma Hanna. Y si bien Netflix coloca carteles de alerta al comienzo de algunos episodios, estos no bastan a la hora de proteger a los menores de ver esas imágenes. Es una serie que está dedicada a los adolescentes, a que ellos entiendan qué es lo que pueden afrontar en los ambientes en lo que se mueven. Sin embargo, el relato audiovisual que se eligió no permite que estos menores se expongan a las imágenes sin el acompañamiento debido de sus padres.
Bullying, hostigamiento, violencia verbal, acoso sexual, falta de sentido de pertenencia, son algunos de los temas que aborda este serie a lo largo de sus 13 capítulos. Si bien nada de todo esto es ajeno a lo que se vive en muchos establecimientos de la Argentina y del resto del mundo, verlo plasmado todo junto en la pantalla se torna abrumador. Pero lo importante de la realización de una serie de estas características es justamente analizar si la moraleja que transmite es la correcta, y “13 Reasons Why” lo consigue. Por medio de la representación de la culpa de uno de sus personajes principales, la interpelación a las instituciones educativas y el papel fundamental de los padres como ejes primordiales de la narración, se logra el propósito concientizador.
“13 Reasons Why” se convirtió en un fenómeno televisivo en pocos días. Recibió muchísimos comentarios en las redes sociales y varías críticas positivas en un ambiente en donde tratar temas como el bullying es de por sí un desafío. Sin embargo, pateó el tablero y demostró que la televisión también puede hacerse eco de problemáticas actuales como estas. Si bien instaló el tema, es una pena que haya utilizado la morbosidad como condimento para generar controversia y conseguir popularidad sin necesidad alguna desde el relato.
En una época en la que la temática del suicidio adolescente está siendo tratado por los medios, el juego "La ballena azul" lo ha ratificado recientemente, es recomendable pensar en cómo se transmite esta temática que hoy está al alcance de niños, niñas y adolescentes. Siempre es bueno hablar de los temas que nos preocupan, el tema es el cómo. Para algunos, la serie lo trata sin deseo de estimulación o apología, y por supuesto, sin deseo de reacciones por imitación pero quizás esto no alcanza para la concientización. La psicóloga e investigadora en temas de infancia y adolescencia, Sonia Almada afirma: “Hablar de lo que nos pasa, hace bien, aunque duela, pero hay que ser cuidadosos en cómo tratar el tema”.

A principios de mayo se anunció que la serie tendrá una segunda temporada, y ya aparecieron los primeros avances. ¿Qué pasará con los demás personajes? ¿Hanna Baker tendrá justicia? ¿Las autoridades escolares tomarán cartas en el asunto para que lo que pasó no vuelva a ocurrir? Estos son algunos de los interrogantes que esperan resolución. Esperemos que la 2da temporada de “13 Reasons Why” proponga menos violencia y más análisis. 

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