Por Javier Bruggia.
Los distintos programas de
televisión siguieron el minuto a minuto de los comicios, y terminaron la
jornada con dudas sobre las tendencias del boca de urna.
El día de las elecciones PASO
presidenciales comenzó con esperanza pero también con denuncias. Los distintos
canales de televisión cubrieron la votación de todos los candidatos, algunos
que se acercaban alegres y positivos, y otros que hablaron sobre su clara
disconformidad con el sistema de votación. Hubo declaraciones, denuncias,
críticas y mensajes para todos los votantes.
Hacia el final de la jornada, con
los primeros minutos del recuento de votos, las pantallas se silenciaron. Los
primeros números que se mostraban eran confusos, y los periodistas no podían
hacer todavía una primera interpretación de lo que había sucedido. Los
resultados llegaban de forma lenta, y nadie quería cometer un descuido.
Hacia el final de la noche, parecía
que eran todos ganadores. Cada partido tenía algo para festejar. Daniel Scioli
celebró. Si bien salió primero en votos, corrió en una categoría distinta a la
de Mauricio Macri y Sergio Massa, ya que él no tuvo internas, mientras que los
otros sí. Mauricio Macri se mantuvo cauto esperando en octubre acaparar los
votos de sus compañeros de Cambiemos.
En este panorama, no hubo
derrotados. La derrota es inadmisible cuando, para todos los partidos, la
verdadera carrera electoral acaba de comenzar y no resulta extraño que hayan
forzado, a su manera, los resultados del domingo para que les resulten
favorecedores a cada uno.
En el mundo, el modo de transcurrir
de las elecciones argentinas también tuvo su impacto. La BBC británica, por ejemplo,
tituló la noticia como: El "´lío" de elegir presidente en Argentina.
Y expresó: "Argentina enfrenta hoy una de sus jornadas electorales más
grandes y complejas de su historia. Un despliegue de ejercicio democrático
dirán unos; un auténtico "enredo" , dirán otros.
Se trata de las elecciones Primarias Simultáneas
Abiertas y Obligatorias o PASO, que tienen como objetivo seleccionar entre las
distintas candidaturas y alianzas de cada partido a los nombres con más
votos".
Pero es evidente que sostener desde las 18 horas hasta el fin del día, sin datos
oficiales, una programación, es una difícil tarea por parte de los canales de
TV abierta y los de noticias de cable. Muchas palabras vacías, espacios
muertos, repetición de imágenes, especialistas que infieren resultados sin
fundamentos ciertos, hacen de esas horas, fragmentos de poco valor televisivo.
Las certezas y las definiciones deberían articular estas transmisiones, las que
ayudarían realmente a colaborar con el espíritu democrático al que debe apuntar
una TV de calidad.
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