sábado, 30 de mayo de 2015

Gran Hermano: nuevos participantes, mismos disvalores


Por Milagros Prado. 

La casa de Gran Hermano está latiendo, y más rápido que nunca. Una nueva edición, ahora por América, muestra, ya en la primera semana de aire,  el desenfreno  del reality más polémico del país.

Una nueva generación de "Gran Hermano" se comenzó a transmitir  por América, como ya hace varios años, de la mano de Jorge Rial como conductor. Desde el momento del casting, el programa mostró su intencionalidad: ser la edición más controversial hasta la fecha. Una de las características del proceso de selección fue armar un revuelo mediático a su alrededor. Así se barajó la posibilidad de que ingresara una participante embarazada y hasta un procesado acusado de violación.

Finalmente ingresaron a la casa una mujer víctima de abuso sexual y un exconvicto. ¿Dónde se encuentran los límites televisivos? ¿Vale todo por alcanzar el rating? La degradación en el tipo de participante elegido nos preanuncia una edición del programa poco alentadora. En la primera semana de aire, los concursantes explotaron la mayoría de los recursos polémicos: la primera relación sexual, un beso entre dos hombres, los desnudos y más.

Lejos quedó la idea de un programa que simula un experimento social. El actual objetivo es crear revuelo con las situaciones límite que muestran, utilizando a  la morbosidad como principal recurso. Los participantes ingresan con plan de ser escandalosos: una de las concursantes cuenta con un video sexual previo a  ingresar al concurso y explicitó que desea tener sexo dentro de la casa.

"Entrar a jugar" es la consigna de los participantes, no importa el costo. Hay una falta de solidaridad que se reemplaza por un egoísmo de ganar, aunque eso signifique perjudicar al otro. Además, hay agresión verbal entre los "hermanitos", que se descalifican mutuamente. Como diría el teórico de la comunicación Jesús González Requena, “presenciamos el concepto de pornoterror llevado a su máxima expresión: la degradación de la persona por un poco de fama. Sólo importa la espectacularización y el impacto en el espectador, para generar más rating.”


Lo más grave es que no se respeta el horario apto para todo público. Los más pequeños pueden acceder a los contenidos de este programa en cualquier momento del día, en cualquier otro programa satélite de la nueva edición del formato creado por Endemol. Lo que nos preguntamos es ¿son estos los valores que la televisión necesita transmitir para supuestamente convocar más público frente a su pantalla?

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