Por Estefanía Brid.
En un 2015 de elecciones presidenciales, la política y la
televisión se vuelven socias. La cobertura periodística de las campañas y del
día a día de la votación, son puntos importantes en las grillas de programación. Por lo tanto, todos los canales de televisión, abierta y de
cable, quieren jugar sus cartas para tener los últimos datos, la información más
reciente y por supuesto a los mejores invitados.
Hace unos años atrás la política estaba limitada a programas
específicos, como por ejemplo los liderados por Mariano Grondona y Bernardo Neustadt,
pero en la actualidad la política superó las barreras de los programas
políticos para inmiscuirse en toda la oferta televisiva.
Hoy es común poder ver a algunos políticos sentados en
“Intrusos”, o haciendo una nota para “Este es el Show” o “Infama”. Incluso
“Intratables” pasó de ser un programa de verano que tocaba temas más
superficiales a un programa casi exclusivamente de debate político. De hecho,
este año sumó ediciones especiales los fines de semana, en donde el eje son los
invitados políticos.
“Showmatch” tuvo su papel preponderante en otras elecciones
con la inclusión del “Gran Cuñado” o de la participación de algunos políticos
en el “Bailando por un sueño” y hasta se especulaba el año pasado que la
presencia de Martín Insaurralde en el piso del programa de Tinelli se debía a
la necesidad de aumentar su recordación ante una posible audiencia votante.
Este año, con la presencia de Alberto Samid y de Agustina Kämpfer en el plantel estable del “Bailando”
pareciera que Tinelli quisiera también una incursión de la política en su
programa. ¿Con qué sorprenderá Marcelo este año? ¿Se generará otro fenómeno
como el de De Narváez en el 2009? Ya Giovanni
Sartori y Pierre Bourdieu nos hablaron de la videopolítica,
como aquel proceso que hizo que la política pasara del balcón o la plaza al
estudio de televisión, en donde los políticos tienen cada vez menos contacto
con acontecimientos genuinos y se preparan para acontecimientos mediáticos.
El año recién comienza. La programación por cable tiene
destinada gran parte de su programación a cubrir y debatir las elecciones y así
lo está demostrando con la cobertura de las P.A.S.O. Pero la televisión abierta
también quiere participar. A los programas netamente políticos como “La
Cornisa”, “Bajada de línea” y el aún no estrenado “Periodismo para todos”
seguramente se le sumen muchas participaciones especiales. En un año de
elecciones, tenemos política en la TV para rato.
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