Por Estefanía Brid.
En septiembre comenzó por Telefe, “Historia de un Clan”, la
serie producida por la productora Underground de Sebastián Ortega y dirigida
por su hermano, Luis, basada en la historia de la familia Puccio y su relación
con una seguidilla de sangrientos asesinatos.
Poco antes de su aparición en la televisión se estrenó la
película de Pablo Trapero “El Clan” también basada en los mismos hechos reales
con la participación de Guillermo Francella y Peter Lanzani en los papeles que en la televisión encarnan Alejandro Awada y el
Chino Darín.
La audiencia estaba expectante por este estreno, y así lo
reflejó el rating de 16.2 que promedió su primera emisión. Número nada
despreciable teniendo en cuenta que son pocos los programas que superan los 15
o 20 puntos de rating actualmente, y aún menos aquellos que lo hacen después de
las 23 horas como fue el caso de “Historia de un Clan”. Esta vez además, competía con la nueva miniserie de Pol-ka en Canal 13, "Signos", con Julio Chávez en su rol protagónico.
La comparación con los hechos
reales y el film de Trapero fue inevitable. Y así se la comenzó a evaluar. La
de Telefé tiene sin dudas
algunas licencias en relación a la historia real, como por ejemplo, la
aparición de Maguila, uno de los hijos de Arquímides, al comienzo de los
asesinatos, cuando sólo participó del último, o la omisión completa de
Guillermo, otro de los hijos, que se va y jamás participa de los secuestros.
Además, los nombres de las personas asesinadas también son ficticios y esto se
debe a una necesidad de evitar la sensibilidad de sus familiares.
“Historia de un Clan” tiene el sello Ortega. No sólo a nivel
de su producción, sino también en el nivel de la dirección. Tiene una puesta
muy cuidada en su calidad. Las tomas, la luz, los espacios, todo está elegido
para que al espectador sienta escalofríos.
El casting de actores ha sido notable. Desde las actuaciones
de Alejandro Awada y Cecilia Roth encarnando a Arquímides y a Epifanía, hasta
la del Chino Darín en la piel de Alejandro Puccio son destacables. Además, la
de Nazareno Casero y la de Tristán, convocado esta vez para un papel dramático
(algo muy “Ortega”, tal como hizo con otros actores en sus producciones
anteriores), son muy dignas de destacar.
“Historia de un clan” cuenta con el sello de Luis Ortega desde la dirección. Con una concepción de la narración que se podría considerar hasta poética va narrando la historia de esta familia a través de la polarización entre la inocencia y lo macabro, y dejando al mismo tiempo su huella personal.
Algunos de
sus contenidos, como las escenas de sexo, que no violan el horario apto
para todo público, fueron muy cuestionados por lo chocantes que
resultan al convivir con escenas de mucha violencia. Según la
explicación de sus realizadores, estas escenas fueron incluidas para mostrar la
pulsión entre tanta muerte y para expresar el
éxtasis y placer que vive la propia familia ante las situaciones violentas
y perversas.
Es justamente cuando tienen a un “secuestrado en la
casa” el momento en que Arquímides y Epifanía demuestran su pulsión
sexual. Eso sí, invitamos a reflexionar sobre si realmente
se necesita ser tan explícito para mostrar esta hipócrita
dualidad o si la televisión solamente busca el anzuelo de la
morbosidad para captar a su público…..
Lo que queda
claro es que “Historia de un Clan” es una ficción de calidad. Tanto desde la
puesta como desde la narración, demuestra ser un producto que está a la altura
de las mejores producciones. Genera escalofríos desde todo punto de
vista. Los disvalores son el eje de su contenido temático. Pero, en
realidad, lo que más escalofríos genera es que verdaderamente fue una
triste realidad argentina que se transformó en ficción…
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