Por Antonia Bensusan.
Esta es la época de la convergencia, de eso no hay duda. Pero quién diría que sería la política la nueva "socia" de los medios, especialmente los audiovisuales.
Esta es la época de la convergencia, de eso no hay duda. Pero quién diría que sería la política la nueva "socia" de los medios, especialmente los audiovisuales.
El 2014 fue un año novedoso para la
televisión argentina, especialmente por la fuerte presencia de la política en
un rubro hasta ahora impoluto, los magazines mediáticos. Tanto la presencia de
Martín Insaurralde , por su relación con la modelo Jesica Cirio, la relación del candidato a presidente Sergio Massa
con Jorge Rial y el cambio de temática del magazine de Santiago del Moro, Intratables,
demostraron que la política y el escándalo juntos van muy bien. El plan parece ser ofrecer un lugar más para
el debate, pero más que un debate, parece una discusión entre sordos.
Mediatizar el accionar de los políticos no
sólo les brinda notoriedad en el escenario político y mediático, sino también
parece elevarlos a un nivel superior mediante la fama. Por mal que a muchos les pese, el apoyo
político que recibió Martín Insaurralde, gracias a sus apariciones en el programa
de Marcelo Tinelli y las demostraciones de afecto en público con su flamante
esposa, hicieron que su notoriedad creciera
exponencialmente.
Pero el protagonista de este cambio fue el
magazine de Santiago del Moro, Intratables. Este fue el primer programa que
decidió hacer una reconfiguración y traer temas hasta el momento nunca tratados
en su rubro. Fueron ellos los
visionarios, quienes pudieron ver en la caótica discusión política argentina la
clave del éxito. De manera muy simple,
juntaron a un grupo de panelistas, de posiciones políticas muy marcadas y
diferentes y les dieron un espacio para que discutan, sin decoro alguno, sus
posturas. Intratables, parece reflejar
casi a la perfección la política en nuestro
país: un caos absoluto, donde no se escuchan más que gritos y acusaciones.
Pero, ¿hasta qué punto son los escándalos,
los romances tele-novelescos y las fuertes confrontaciones en vivo,
beneficiosos para la vida política de nuestro país? ¿Cuál es la calidad del voto
de los argentinos, al ser cegados por la engañosa fama de un candidato? ¿Será
este el comienzo del protagonismo de este rubro en el cuarto poder? Habrá que esperar a ver cuáles son los frutos
de esta insólita, pero astuta convergencia.
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