Por Estefanía Brid.
En agosto se estrenó por la pantalla de Telefé la nueva comedia televisiva de Underground, productora
de Sebastián Ortega, como la gran apuesta del canal para el prime time.
Después de “Vecinos en
Guerra”, programa que parecía promisorio en su comienzo pero que no obtuvo
los resultados esperados en materia de audiencia, la productora de Ortega
parece haber vuelto a la fórmula de “Graduados”
que tanto éxito le dio.
Con un elenco de grandes figuras, una línea argumental basada
nuevamente en el conflicto familiar, y la música como leit-motiv, Ortega vuelve a apostar fuerte en el prime time
televisivo. Si bien no consigue los números de rating que manejaba “Graduados”, tampoco es la televisión de
esos tiempos. Ningún programa hoy en día consigue los números que se manejaban
en aquel entonces, y las mediciones que consigue “Viudas e Hijas del Rock and Roll” son, por el momento, aceptables.
Son destacables las actuaciones de Verónica Llinás y Luis
Machín, impecables en los roles de la llamada “alta sociedad”, y también de
Juan Minujín, quien interpreta excelentemente la vivencia de la duda sobre su
propia condición sexual.
Es meritorio que Sebastián Ortega le dé la posibilidad a
Verónica Llinás y a María Leal, actrices con una trayectoria de muchos años de
volver al prime time de la televisión
abierta. Un acierto del productor que da sus frutos en el producto.
Partiendo del conflicto familiar como eje central, este
programa instala dos temas importantes para la sociedad: la homosexualidad y la
identidad de los hijos.
Escudándose en el humor, la parodia y el desparpajo, algunas
veces en exceso, tratan estos temas que marcan agenda en la sociedad argentina.
Lo innovador que este programa propone es la mirada. Intentan, y lo logran,
reflejar las distintas visiones que tiene la sociedad argentina tanto sobre la
homosexualidad como sobre la identidad.
“Viudas e Hijas del
Rock and Roll”,
desde su guión, instala modelos familiares: familias “tipo” con grandes
problemas, familias separadas por el divorcio, familias sin presencia parental,
etc. Queriéndolo o no propone valores y también disvalores relacionados con el concepto
familiar. Valores y disvalores que también, hoy por hoy, se ven en la
realidad.
Este
programa sigue los lineamientos de su antecesor “Graduados”, pero, ¿está mal hacerlo? ¿Está mal volver a la fórmula
que tuvo éxito? Eso lo decidirá la gente, quien es la que elige ver o no el
programa. Por ahora, viene acompañando.
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